CONFLICTO ENCALLADO EN SANTS-MONTJUÏC

Patada adelante en Can Vies

En pie 8 Can Vies, después de que el ayuntamiento detuviera el derribo.

En pie 8 Can Vies, después de que el ayuntamiento detuviera el derribo.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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La semana pasada la fecha dada por el ayuntamiento era clara: el 16 de diciembre. Es decir, ayer. Ese era el margen que, según el expediente abierto por el municipio, se daba a Can Vies para tramitar una licencia de obras en precario, parar los actuales trabajos de reconstrucción -sin licencia- o presentar las alegaciones pertinentes. Así se indica en la orden de cese de actividad emitida por el distrito de Sants-Montjuïc. Pero ayer Can Vies no había parado las obras. De hecho, aseguró que ni siquiera había recibido ninguna orden. El ayuntamiento, atrapado en sus propias palabras, dio entonces otra patada adelante en forma de nueva fecha: el 22 de diciembre. "Según la ley, pueden presentar el recurso en cualquier Administración del Estado, así que hay que dar un margen para comprobar que no lo hayan hecho", apuntó una fuente municipal, que añadió que "además" el distrito tenía que confirmar in situ que la obra seguía avanzando.

Además del comunicado en el que anuncian que la obra progresa y en que entienden el expediente abierto por el consistorio como una "maniobra estrictamente electoral para contentar a la oposición", Can Vies tiene programado para mañana un taller de formación de seguridad laboral en la obra. No parece pues que estén por presentar ningún recurso, ni aquí ni en Sevilla. "Hemos arreglado espacios y acondicionado los techos y los suelos de la antigua capilla [la que derribó el ayuntamiento en las primeras horas del desalojo, aquel ya histórico 26 de mayo] con nuestras propias manos, gracias a las 2.200 personas que aportaron casi 90.000 euros a la campaña de micromecenazgo, que permitirán financiar la obra", prosigue el colectivo.

Trias se encuentra, de nuevo, entre la espada y la pared. El Partido Popular le presiona para que tome cartas en el asunto y "pare una obra ilegal en un edificio público". Pero el sentido común (visto lo sucedido hace solo seis meses y con las elecciones en el horizonte) hace que el alcalde de lo último que tenga ganas sea de avivar ese fuego. La solución no parece fácil vistas las posiciones actuales. El alcalde ha asegurado siempre su voluntad de "hacer cumplir la ley", y Can Vies ha insistido siempre en que no va a pedir ningún permiso, y menos de obras.

Al ser preguntada por este diario sobre qué sucederá a partir del 22, como parece que nada va a cambiar en ese tiempo, una fuente municipal afirmó ayer que no podían, no querían, avanzar acontecimientos. No era ayer, tras 17 horas de registro policial en la Kasa de la Muntanya (otro espacio de referencia del movimiento okupa en la ciudad), momento para caldear los ánimos. Las dos partes del conflicto saben que las leyes hay mil maneras de leerlas, todavía más en periodo preelectoral, y a eso juegan.