Intervención urbanística pendiente

El pasaje más 'cool' del Eixample no logra impulsar su reforma

Entrada a la calle, que aglutina a restaurantes e instituciones.

Entrada a la calle, que aglutina a restaurantes e instituciones.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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Unos lamentan que no haya manera de llegar a un acuerdo, algunos hablan de «vergüenza» y otros prefieren dejar las cosas como están con tal de no tener que desembolsar ni un euro. La consecuencia es que el pasaje de la Concepció, el más transitado del Eixample por aglutinar a varios restaurantes de éxito, así como equipamientos y sedes de instituciones en un emplazamiento de lujo, sufre importantes déficits urbanísticos sin que se alcance un acuerdo entre los propietarios de los inmuebles para impulsar su reforma.

La clave del conflicto es que se trata de un pasaje privado donde los titulares de las fincas deben asumir cualquier gasto. Y al vial, que conecta el paseo de Gràcia con la Rambla de Catalunya (entre Rosselló y Provença), le urgen un cambio de pavimento e iluminación pero, sobre todo, la renovación de su vetusto (y propio) alcantarillado. La consecuencia es clara: en algunos momentos del día huele mal, algo que subleva sobre todo a los restauradores.

VARIOS LUSTROS // El área municipal de Hábitat Urbà está mediando para desencallar un conflicto de varios lustros. Dos proyectos básicos de los anteriores dos mandatos se estrellaron por desacuerdo y el actual gobierno es consciente de que el vial necesita una reforma urgente. Incluso el alcalde Trias hizo un llamamiento al respecto cuando se inauguró la nueva sede de Turismo de Barcelona, en pleno pasaje.  Dueños y municipio negocian en busca de una solución.

La asociación de propietarios del pasaje integra a 18 miembros, cada uno con un voto. En unos pocos casos representan a su vez a comunidades de vecinos, en otros son titulares de un edificio vertical... El pacto es difícil porque entre ellos hay negocios de cara al público, pero también figuran una academia, una residencia universitaria religiosa y diversas empresas. Una parte no sienten la necesidad de la reforma porque apenas les afecta, pero en ocasiones la negativa es por mera cuestión financiera, mientras que otros afectados están deseando la reforma, explica el actual presidente de la entidad, Ignacio Galofré. Entre los restauradores, la defensa de la mejora es unánime, pero la mayoría son arrendatarios, de modo que formalmente solo tienen derecho al pataleo.

POSIBLES AYUDAS / El ayuntamiento se ha mostrado dispuesto en diversas ocasiones a subvencionar una pequeña parte de la intervención. Lluís Sans, presidente de los comerciantes del vecino paseo de Gràcia y cuyo establecimiento, Santa Eulàlia, tiene fachada lateral en el pasaje, destaca que hace unos años el consistorio se avino a asumir el coste de la redacción del proyecto e incluso a adelantar la parte correspondiente a los propietarios que rechazaban la inversión -que luego sería recuperada-, siempre que los opositores fueran menos de un tercio. Pero son bastantes más. En esas ocasiones se cifró la remodelación en unos 400.000 o  450.000 euros de partida, aunque la cifra podría subir considerablemente según el pavimento.

El empresario cree que por imagen y salubridad es urgente tomar medidas. Como inquilino, es de los que están dispuestos a que el propietario de la finca donde se ubica su negocio le repercuta los gastos posteriormente. La misma postura mantiene Rosa Maria Esteva, fundadora del grupo Tragaluz, con tres negocios en la misma vía (tanto en propiedad como arrendados) y más solera en la zona que el resto de operadores. La empresaria rememora que el asfaltado siempre ha sido fino y por tanto frágil, y que los camiones que transitaron el pasaje por las obras de algunos edificios causaron daños en su centenaria alcantarilla.

Hoy sus cloacas son particulares, sin conexión a la red pública excepto algún caso en los que aprovechando otras obras ya se ha realizado algún enlace. De ese modo, con canalizaciones rotas es frecuente que se acumulen aguas sucias bajo el subsuelo, que periódicamente hay que vaciar mediante cubas. Por supuesto, siempre fuera del horario comercial.

Pero no es el único arreglo previsto en los proyectos tan largamente fraguados. También es muy necesario poner al día la iluminación, «hacerlo un poco más alegre», destaca Lluís Canadell, titular del exitoso restaurante Boca Grande, habida cuenta de la gran cantidad de gente que circula de noche a la salida de los establecimientos. Y cómo no, renovar todo el pavimento, objetivo que también defiende el grupo Majestic, titular del Murmuri y también del Petit Comité.

EL TIEMPO APREMIA/ Desde las instituciones ubicadas en la zona, el propio director de Turismo de Barcelona (en el número 7-9), Pere Duran, reclama la transformación lo antes posible y hace un llamamiento para que los propietarios hagan un esfuerzo y el pasaje se ponga a punto aprovechando que el vecino paseo de Gràcia ha iniciado ya su gran reforma.

En algunas circunstancias, como las religiosas de la residencia universitaria de Nuestra Señora de Consolación, sus propias obras ya incluyeron conexiones a la alcantarilla. Y aunque les gustaría ver más bonito el pasaje, dicen, no ven prioritaria esta mejora si la institución  se ve obligada a invertir más dinero.