REFORMA DE UNA ARTERIA DE LA CIUDAD

Un parto de 9 meses

La avenida afronta este fin de semana el final de las obras con el asfaltado del tronco central, lo que implicará importantes restricciones

Uno de los nuevos restaurantes y la acera ampliada.

Uno de los nuevos restaurantes y la acera ampliada.

CRISTINA BUESA / BARCELONA

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El asfaltado del tronco central de la Diagonal significará este fin de semana la culminación de nueve meses de trabajos en el tramo de la avenida comprendido entre la plaza de Francesc Macià y el paseo de Gràcia. La reforma supondrá una reordenación del espacio destinado a los vehículos privados, el transporte público y, sobre todo, los peatones y las bicicletas.

De entrada, lo más visible es la notable ampliación de las aceras. De 4,2 metros se pasa a 7,5, algo que beneficia a los peatones. Y lo que ya ha redundado sin duda en el otro gran objetivo: revitalizar el comercio y la hostelería en este tramo de 1,3 kilómetros.

Pero habrá más espacios conquistados por los viandantes. A partir del 22 de marzo, los laterales de la Diagonal estarán cerrados al tráfico rodado los fines de semana, lo que permitirá programar actividades lúdicas y culturales. «Queremos que la gente se apropie del espacio, ponerlo a su disposición», comenta el tercer teniente de alcalde y responsable de Hábitat Urbano, Antoni Vives. En estos carriles se pondrán tumbonas, sillas y mesas de uso libre a imagen y semejanza de lo que ya se hace con éxito en las Glòries, junto al nuevo Museu del Disseny.

El nuevo proyecto, además, no se aplicará solo en la Diagonal reformada sino que, al confluir con el paseo de Gràcia, proseguirá por los laterales peatonalizados de esta vía hasta alcanzar la Gran Via. La organización de eventos los sábados y domingos se extenderá asimismo a la rambla central de la Diagonal entre Aragó y las Glòries.

Pero de momento, la finalización de las obras este fin de semana tendrá un importante impacto en la circulación. Mañana y el domingo, entre las ocho de la mañana y las ocho de la tarde, no se podrá circular por la calzada central en dirección al paseo de Gràcia desde Francesc Macià.

En sentido contrario, solo estarán habilitados dos carriles durante todo el fin de semana para facilitar las tareas de asfaltado. El ayuntamiento ha comunicado que sí mantendrá abiertos los laterales al tráfico, aunque se recomienda a los conductores que solo los utilicen para desplazamientos de proximidad.

La red de autobuses será otra de las damnificadas este sábado y domingo. Hasta ocho líneas que utilizan la avenida sufrirán modificaciones de recorrido o anulación de paradas, aunque se prevé que unos informadores pongan al día a los usuarios.

Prueba de fuego

El gobierno de Xavier Trias eligió para iniciar la reforma este tramo de la Diagonal consciente de la dificultad. «Si nos salía bien este, podíamos seguir con el resto», argumenta el responsable de Hábitat Urbano. Si tras las municipales del 24 de mayo CiU logra una mayoría suficiente o un acuerdo estable de legislatura, su intención es encarar la reforma del resto de la Diagonal de manera inmediata.

«El proyecto ejecutivo hasta la plaza de las Glòries está prácticamente acabado», revela Vives. Para aprobar la remodelación del primer tramo Trias contó con el apoyo del PP y la abstención de Unitat per Barcelona, mientras que el PSC e ICV-EUiA se opusieron. Estos dos grupos municipales insisten -y durante la campaña será habitual escucharlo- en que esta transformación no era imprescindible, ya que en la ciudad había otras prioridades.

En todo caso, Vives interpreta que la remodelación de la Diagonal, con un coste de 12,3 millones de euros, ha recolocado a los distintos actores en la vía. «La prioridad número uno son los peatones, seguidos de los ciclistas, el transporte público y, por último, el transporte privado», explica.

La reordenación ha expulsado igualmente a las bicicletas de las aceras con la construcción de un carril específico que en el momento de abrirse generó no pocas críticas. Finalmente, a la segregación del espacio ciclista se añadieron separadores que incrementan la protección de los ciclistas.

Vives defiende este carril -«uno de los más anchos de la ciudad, se diga lo que se diga», sostiene-, así como los espacios específicos para aparcar las motos en la calzada. No cree que sean insuficientes y avisa de que si aparcan sobre las nuevas y flamantes aceras habrá multas.