BARCELONEANDO

La parte elegante del motero

Angie y Deme ofrecen rutas por la ciudad para locales y foráneos a lomos de una Royal Enfield

Una de las salidas propuestas por Angie y Deme, esta con pícnic en el Mirador del Migdia.

Una de las salidas propuestas por Angie y Deme, esta con pícnic en el Mirador del Migdia. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

{"zeta-legacy-destacado":{"strong":"El recorrido\u00a0","text":"incluye comida, si es un trayecto largo; p\u00edcnic de lujo, si es un paseo corto"}}

Es difícil distraer a la marabunta que diariamente se aglomera frente, al lado o detrás de la Sagrada Família mirando embelesada hacia arriba. Pero no imposible. Basta con pasearse con una Royal Enfield Classic 500 acordemente equipado, es decir, con casco 'vintage', de colores chillones, a poder ser. El efecto es inmediato. Los móviles, tabletas y demás artilugios capaces de sacar fotografías dejan de apuntar a la que unos consideran la obra maestra de Gaudí y otros una mona de pascua para disparar contra las dos ruedas. Sobre todo si en lugar de dos, hay 12. O lo que es lo mismo, un grupo de seis motos con complementos de época.

Verlas no es ver una concentración de moteros. O sí. "La parte elegante de los moteros", puntualizan sus organizadores. La suma de seis la forman los participantes, locales o foráneos, de las rutas, "románticas y con glamur", que organizan Angie González Deme Gómez para descubrir Barcelona de una manera diferente. Con la calma que da circular con una moto de época, a marcha lenta y mecido por su característico sonido. El romanticismo y el glamur "lo ponen la propia moto, los accesorios que llevamos y los sitios que visitamos", aclara Angie. Y también la idea de "rodar a dúo". Pues el objetivo es que ellos, los organizadores, ejerzan de guías y anfitriones, y en el resto de vehículos se suban parejas. Con carnet, por supuesto. Y amantes de las motos, también.

VIAJE ROMÁNTICO, O NO

Aunque todo es negociable. Los grupos de dos los pueden buscar Angie y Deme. Vamos que si uno o una no tiene licencia para manejar una de esas maravillas vintage, pero tiene ganas de ver la ciudad desde otra perspectiva, siempre habrá quien esté en situación de conducir pero no tenga quien lo acompañe. Ahí hay una pareja de nuevo cuño. Pues aunque lo suyo es que el viaje sea romántico, también puede ser entre amigos. O en familia. No hay normas. Tampoco las hay en las rutas que más cortas o más largas siempre mezclan lo conocido con lo desconocido. Lo mismo se pasa frente a la Sagrada Família que se circula por un desértico Pedralbes a la búsqueda de rincones poco visitados, como el Monasterio de Santa Maria o el parque Cervantes.

Este punto, el santuario de las rosas en Barcelona (acoge  245 variedades), es el lugar ideal para hacer un pícnic como lo son también el Mirador del Migdia, el Mirador en colors y el Laberint d’Horta. Porque no todo es rodar a lomos de la moto. La ruta incluye comida, si es larga; tentempié de lujo, si es corta. Todo con productos de la tierra y con buen gusto. No en vano, aunque Angie estudió turismo también se dedicó a la moda. Suya fue una marca de calzados de diseño y alta gama que antes de la crisis llevaban todas las adictas a la moda. "He tenido empresa, fábrica y ahora quiero hacer algo que me guste", apunta Angie. Y eso pasa por llevar una moto entre las piernas. De estilo 'vintage', por supuesto. De hecho, aún conserva su Vespa Primavera. La que causó más furor. La del 76. Así que pasear con una Royal Enfield Classic es algo que le gusta.

LANZADA CON PARACAÍDAS

La elección de la moto fue cosa de Deme. A ellas ha dedicado toda su vida: "He conducido muchas motos diferentes, algunas de altas prestaciones y carísimas, pero al final me he dado cuenta de que soy más feliz con una Royal Enfield", asegura. "Son especiales y como especiales que son atraen a un público especial". La moto en cuestión se fabrica como hace 50 años aunque adaptada a las normativas actuales, "pero conserva toda su esencia", apuntilla. Y, además, condensa historia: la compañía fue fundada en Inglaterra, donde en 1901 fabricó la primera moto, y acabó en la India, su ubicación actual. En medio recibió el apelativo de real, trabajó para el ejército británico y ruso durante la primera guerra mundial, y en la segunda fabricó la 'Flying Flea', una moto para ser lanzada con paracaídas.

Las rutas de Angie & Deme Dreams son menos aéreas y menos arriesgadas: "Están pensadas para gente de aquí y de fuera que quieran hacer un recorrido diferente por Barcelona y disfrutando de estas motos", afirman. Y, un  pícnic delicioso.