GESTIÓN ARBITRARIA DEL PATRIMONIO CULTURAL

"En el parque nos hicieron sentir como terroristas"

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El martes este diario explicaba la historia de Ricard Galceran, el jubilado al que le prohibieron dar explicaciones sobre el parque Güell a unos amigos con el argumento de que eso es tarea de los guías oficiales. Una de las personas que le acompañaban es Luis Miguel, venezolano de 39 años que lleva dos viviendo en Barcelona con su mujer, muy cerca de casa de Ricard. «Se prestó a enseñarnos el parque a nosotros y a mi madre, que estaba de visita en la ciudad. Todo iba bien hasta que se acercó el vigilante de muy malas maneras. Nos sentimos como terroristas, como auténticos delincuentes».

Tenían previsto pasar buena parte de ese 9 de mayo en el jardín, pero a mediodía ya se fueron tras dos advertencias del personal del recinto. «El trato fue horroroso, muy despectivo. Yo entiendo que hay leyes que deben cumplirse, pero esa no era la manera de abordarnos. Fue todo muy incómodo». Se fueron tras poco más de dos horas en el parque Güell, pero Luis Miguel tiene ganas de volver porque se quedaron a medias. Confirma que no le pagaron nada a Ricard y que les hacía de guía porque son amigos, y se explica la situación porque Barcelona «sea una ciudad cada vez más turística». Al margen de la actitud de los trabajadores del parque, le sorprendió contemplar cómo los lateros sí vendían cervezas y agua sin que nadie se lo afeara.

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