nueva etapa política en el área metropolitana

La PAH recibe a Colau en BCN y el aval de Sabater en Badalona

Ada Colau, anoche, entre el público de la PAH de Barcelona.

Ada Colau, anoche, entre el público de la PAH de Barcelona.

CARLES COLS / BADALONA

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La delegación badalonense de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), que desde el 2010 ha evitado que más de 1.100 familias de la ciudad hayan sido desahuciadas de sus casas por la fuerza, confirmó ayer lo que daba por hecho, que en la nueva alcaldesa, Dolors Sabater, tendrá un aliado como no lo fue su antecesor en el cargo, Xavier García Albiol. Sabater no recibió a los miembros de la plataforma en su despacho. Al revés, fue a su sede, unos modestos bajos en Montigalà que ocuparon en su día a la brava, una acción por la que la Guardia Urbana se presentó una medianoche, como para intimidar, en el domicilio particular de la portavoz de esa delegación del PAH, Montse García.

La de ayer en Badalona fue una reunión anunciada. La imprevista fue la de Ada Colau, que anoche acudió entre el público a la asamblea de la PAH en Barcelona. Solo se supo porque lo hicieron saber a través de Twitter desde la plataforma.

Badalona fue justo antes de la crisis uno de los entornos metropolitanos donde más barbaridades cometieron los bancos, con las famosas hipotecas de bienvenida (bastaban tres meses de padrón y tres nóminas para obtener una financiación del 100% del piso) y las temibles hipotecas multidivisas, que con el paso del tiempo resultaron ser un laberinto de deudas inasumibles. Pero la mayor parte de familias atendidas por la PAH fueron en realidad parejas jóvenes con trabajos estables, familias que jamás intuyeron lo que les estaba a punto de caer encima. A la propia García le sorprendió la crisis embarazada de su primer hijo.

Sabater se mostró ayer totalmente receptiva a las demandas de los miembros de la PAH. Se interesó, sobre todo, por conocer de primera mano por qué no ha resultado efectiva hasta ahora la llamada mesa de emergencia, un supuesto órgano de coordinación entre la plataforma y el ayuntamiento de la ciudad, que sobre el papel debería permitir que los servicios sociales cubrieran necesidades familiares de las familias amenazadas por un desahucio.

La alcaldesa explicó a los militantes de la PAH que antes incluso de reunirse con ellos ya había solicitado una reunión urgente con el juez decano para que los futuros casos que acontezcan en la ciudad no sean nunca una sorpresa inesperada, que el Ayuntamiento de Badalona pueda tener conocimiento de ellos con seis meses de antelación y, así, parchear en la medida de los posible cada caso. También prometió que facilitará a la PAH un local más espacioso y que pondrá fin a la trayectoria nómada que hasta ahora se ha visto obligada a mantener esa asociación porque, según sus dirigentes, los encontronazos con el anterior gobierno municipal eran constantes.

La experiencia fallida

La cuestión es que formalmente comenzó ayer una nueva etapa en Badalona en esta materia, la de los desahucios. No es que García Albiol no le prestara atención a este problema. Fue Badalona, de hecho, el primer ayuntamiento que en el anterior mandato amenazó a los bancos con severas multas si no ponían a disposición del municipio, para fines sociales, los pisos que mantenían vacíos tras un desahucio. Aquella estrategia la imitaron después otros alcaldes. Pero a la hora de la verdad, su eficacia fue muy limitada. Según la PAH, con esa fórmula de palo y zanahoria, García Albiol logró realojar como mucho, y en condiciones discutibles, a 13 familias.