Y otro mundo fue posible

Sant Cosme fue durante el fin de semana un centro de la economía solidaria El festival Esperanzah combinó una muestra de iniciativas de cooperativismo, debates y actuaciones

Trabajo en equipo 8 Un grupo de mujeres de Sant Cosme elaboran una paella cooperativa, ayer a mediodía.

Trabajo en equipo 8 Un grupo de mujeres de Sant Cosme elaboran una paella cooperativa, ayer a mediodía.

HELENA LÓPEZ / EL PRAT DE LLOBREGAT

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Entrando al parque, a la izquierda, el artilugio que ha permitido crear el símbolo de la edición de este año, la sexta, del festival de economía solidaria Esperanzah: la pastilla de jabón más grande del mundo. Un cajón hecho con tablas recicladas sobre una larga fila de palés que un grupo de 50 vecinos de Sant Cosme han llenado con más de 600 litros de aceite usado que han ido recogiendo en el barrio durante todo el año para convertirlo en el jabón Esperanzah, "para limpiar la corrupción". "Ha hecho tanto calor esta semana que ha sido muy difícil, pero ha salido. Al final ha salido.Con trabajo y entre todos, siempre sale", explica Carme Prado, coordinadora de la hazaña y miembro de Gats (Grupos Asociados por el Trabajo Sociocultural). Eso, lograr cosas difíciles con trabajo y entre todos, es a lo que se dedican a diario en Sant Cosme la gente de Gats, entidad impulsora del festival Esperanzah, que durante tres días ha llenado el barrio de alternativas económicas y solidarias.

En garrafas recicladas colgando de una de las vallas de la pista de fútbol que presidía el recinto, letras pegadas que conformaban el clásico "otro mundo es posible" que hicieron célebres los altermundistas en épocas de vacas gordas, cuando alertaban de la insostenibilidad del sistema, y que este fin de semana en Sant Cosme seguía siendo vigente. «Nuestro objetivo siempre ha sido la transformación social, tanto de nuestro barrio, para acabar con el estigma que aún arrastra, como de la sociedad. Por eso desde Sant Cosme se están impulsando muchas cooperativas. Eticom, la primera cooperativa de consumidores de telefonía e internet, nació aquí», cuenta Òscar Rando, presidente de Gats. Algo así como transformar el barrio para transformar el mundo.

La pionera Eticom ha sido una de las cooperativas que más interés han despertado estos días en la feria. Una de las estrellas del puesto Desconexión del IBEX, en el que se informaba de cooperativas para vivir de forma alternativa, sin "alimentar a la bestia", según se indicaba en la carpa, donde también se ofrecía información sobre Guifibaix -"la alternativa local, ética y económica al oligopolio de las telecomunicaciones"- o sobre Som Energia, cooperativa eléctrica que busca "generar una fuerza social a favor de un modelo energético 100% renovable". Al lado, la librería cooperativa La Ciutat Invisible se anunciaba con un contundente «los libros son armas» y ofrecía a convencidos -llegados de todas partes- y curiosos locales clásicos rebeldes como Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano. Al otro lado, los miembros de Cafè Ciutat explicaban a quien quisiera escucharles las bondades de su café, procedente de cooperativas de campesinos organizadas de forma participativa para lograr precios justos.

La radiante mañana de ayer, más propia de un domingo de junio que de uno de finales de octubre, el Parc Nou estaba lleno principalmente de familias. Una madre canturreándole a su hija sentada en el cochecito "me gustan los aviones, me gustas tú", recordaba lo vivido en ese mismo parque horas antes, cuando Manu Chao logro atraer hasta este rincón de El Prat a miles de personas. No todos los días se puede ver a Manu Chao gratis. El festival Esperanzah combina música -además de Manu Chao estos días han pasado por este escenario grupos como Txarango y Calima-, una muestra del trabajo de las entidades de economía solidaria de esta localidad del Baix Llobregat y del país, y debates sobre las alternativas al sistema, centrados sobre todo en la corrupción, el tema estrella, de ahí el jabón.

El debate político

Si en lo musical el plato fuerte fue Manu Chao, en lo político la mesa de debate más esperada fue la del mediodía de ayer, que contó con la presencia de David Fernández (CUP), Joan Herrera (ICV) y Ada Colau (Guanyem). Debate que se produjo en el mismo momento en el que, a algunos kilómetros de allí, en la plaza de Catalunya de Barcelona, se celebraba la multitudinaria concentración soberanista. Uno de los momentos más divertidos -menos para él- del foro fue cuando el líder de ICV tuvo que responder a la pregunta obligada estando en El Prat como estaban y hablando de corrupción como hablaban. "¿Qué hacemos con los políticos imputados? Nuestro alcalde Lluís Tejedor, de ICV, lo está en el caso de las dietas de la Federació de Municipis", le espetó una vecina. Herrera afrontó la respuesta insistiendo en que las dietas cobradas por Tejedor habían sido declaradas y que él eso no lo considera corrupción, no sin darle mil vueltas al espinoso asunto buscando sin éxito el asentamiento de Colau, a su derecha, quien no movió un músculo de su cara mientras escuchaba las explicaciones del ecosocialista.