CONTRADICCIONES DE UNA 'CIUDAD REFUGIO'

El Espacio del Inmigrante, con los días contados por una orden de desalojo

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HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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El Espacio del Inmigrante, creado en el año 2013 como respuesta vecinal a la ley del PP que excluyó del acceso a la sanidad pública a los inmigrantes irregulares, tiene los días contados. Como mínimo en el local en el que nació. El colectivo, instalado en un edificio entonces abandonado del pasaje de Bernardí Martorell, paralelo a la calle d'En Robador, en el corazón del Raval, ha recibido una orden judicial de desalojo para el próximo día 13 de julio. 

Durante estos tres años, el lugar ha servido de punto de encuentro entre población inmigrada en el barrio y activistas por sus derechos. "En el espacio se ofrecen servicios de asesoría jurídica, médica y psicológica, además de crear otro relato", explica la activista Daniela Ortiz, miembro del colectivo.

"Empezamos con un pequeño consultorio médico donde ofrecíamos una primera atención a personas en situación irregular que, en muchos casos por miedo, no se atrevían a acudir al hospital", explica César Ulises, uno de los fundadores del espacio, que nunca ha pretendido establecer un sistema sanitario paralelo, sino denunciar las dificultades de muchos inmigrantes a acceder a la sanidad pública. "Se trata de acompañarles a reivindicar sus derechos y entrar en el circuito sanitario", precisa. "Es un lugar donde se ofrece una primera asistencia hecha por profesionales, pero, sobre todo, donde se empodera. Es un espacio de lucha. Aquí nació, entre muchos otros proyectos, el Sindicato Mantero", ejemplifica Ulises. 

INTENCIÓN DE RESISTIR

Pese a que no surgieron como un colectivo okupa al uso, la situación que afrontan ahora es la misma que los colectivos okupas, ya el edificio en el que se encuentran es, a la práctica, un espacio okupado. La sociedad que se ha adjudicado el inmueble en subasta la reclama y el juez les indica que tienen que marcharse. "Cuando entramos esto estaba abandonado. Nadie nos dijo nunca nada, al contrario, había un vigilante de seguirdad que nos dejó entrar; pero ahora han subastado la finca", exponen desde el Espacio, quienes no tienen intención de marcharse pese al requerimiento judicial.

"Nos quieren echar en el contexto de gentrificación del barrio y cuando espacios de defensa de los derechos de las personas inmigradas como este son más necesarios que nunca. Vamos a resistir", prosigue Ulises. Para ello han buscado alianzas tanto en el barrio -la Assemblea del Raval-, como otros colectivos del resto de la ciudad.

LABERINTO ADMINISTRATIVO

El asunto concreto por el que nació el Espacio, la exclusión sanitaria, ha mejorado en estos años, exponen, pese a que todavía hay un laberinto administrativo que obstaculiza el acceso al sistema sanitario de muchas personas, que se pierden por el complicado camino antes de acabarlo. "Cuando no te falta un papel, te falta otro. No ofrecen ninguna facilidad para orientar a las personas en principio excluídas y ayudarlas a que puedan acceder con facilidad a sus derechos", apunta Ulises. De ahí la importancia de un asesoramiento que les permita no perderse en la carrera de obstáculos de la burocracia, denuncian.

Pese a la mejora que admiten, siguen teniendo la consulta abierta -en la que trabajan de forma voluntaria varios profesionales sanitarios- ya que "aún hay personas en el barrio que necesitan una primera visita en algún lugar de confianza", indican. Todavía hay mucho miedo y poca información. 

Señalan también que es muy importante la ayuda psicológica que ofrecen ya que "muchas personas llegan rotas". Manteros que sufren el estrés de la presión policial, por ejemplo.

"REUNIÓN PARA SABER QUÉ PLANTEMIENTO TIENEN"

El Ayuntamiento de Barcelona no se posiciona ni a favor ni en contra del espacio, muy crítico con el equipo de gobierno de Ada Colau -"lo arreglan todo diciendo que es el Gobierno español el que no les permite hacer nada, mientras podrían hacer mucho más de lo que hacen", denuncia Ortiz. Fuentes municipales señalan que en los próximos días mantendrán una reunión con los miembros del colectivo "para saber qué planteamiento tienen". Sin más detalles.

La sociedad que se ha adjudicado en subasta la finca, en la que, además de encontrarse el Espacio del Inmigrante viven más de 15 de familias, según asegura el Espacio, no ha tramitado ninguna licencia ni comunicado la intención de realizar obras en el edificio; según confirman también fuentes municipales.  

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