DOBLE MANIFESTACIÓN EN LA CALLE DE BENAVENT

Okupas y vecinos, cara a cara en Les Corts

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CARLOS MÁRQUEZ DANIEL / BARCELONA

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Entraron el martes 11 de octubre. Sigilosos, como suelen. Cuatro días después, era sábado, lo hicieron público: habían okupado un edificio en la calle de Benavent, a los pies del Camp Nou, un calle perpendicular a Travessera de Les Corts. Son jóvenes del barrio que dicen buscar "un lugar de reunión en el que desarrollar actividades". Pero la mañana del viernes han cometido el error de dejar el edificio vacío. El propietario ha aprovechado que nadie dormía en su inmueble y ha mandado un nutrido grupo de agentes de seguridad privada. Lo ha tapiado y ha apostado hercúleos vigilantes en la entrada. Esta tarde se han manifestado para protestar, pero quizás no esperaban, porque no es habitual, la reacción vecinal de rechazo a su llegada al barrio.

La finca está deshabitada desde hace casi 10 años. Consta de un bajo comercial y dos pisos con cinco viviendas. Cuenta Adriana, la portavoz de los okupas, que la intención era crear "un centro social autogestionado". Como lo fue Can Vies durante 17 años. Tenían incluso nombre: la Benaventurada. También tenían previsto destinar alguna de las viviendas a familias con problemas. Este miércoles se vieron con el concejal de Les Corts, Agustí Colom, a quien informaron de sus planes. El edil, según la portavoz de los jóvenes, les dijo que no tomaría parte en el asunto porque el inmueble no es de propiedad municipal. Al parecer, siempre según la misma voz, pertenece a una empresa inmobiliaria "con problemas de deudas que ha preferido dejar el edificio abandonado antes que sacarle un rendimiento".

APROVECHAR EL DESCUIDO

La mañana del viernes, todavía no había salido el sol, el propietario se ha presentado en su finca con un equipo de colaboradores. Nadie dormía en el interior (siempre ha habido un chico, pero hoy no estaba), así que han aprovechado para, de algún modo, recuperarlo. Han reventado el candado y han abierto la persiana por la que se habían colado los jóvenes del barrio y la han tapiado con ladrillos desde dentro. El dueño se ha marchado, pero ha dejado en la puerta un equipo de cuatro vigilantes.

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A primera hora de la tarde, según el relato de una vecina, un reducido grupo de okupas han intentado entrar por uno de los balcones apoyando una escalera en la pared. Los agentes de seguridad lo han impedido. Forcejeoalgunos empujones, un par de cortes. Y ya. No han entrado y la cosa no ha ido a más. A las 19 horas, el colectivo ha convocado a todos los okupas de la ciudad para protestar por lo que consideran una "maniobra ilegal". "Han usado técnicas amenazadoras colocando matones en la puerta. Nos planteamos emprender acciones legales para recuperar el edificio", ha avanzado Adriana.

"NO OS QUEREMOS"

La protesta ha terminado en un insólito choque de fuerzas. Más, teniendo en cuenta lo estrecha que es la calle. En un ladera, los cuatro vigilantes. En la acera, los okupas con su pancarta a favor de su proyecto. En la acera de en frente, medio centenar de vecinos, también con pancartas, con proclamas contra los jóvenes y a favor del barrio. "no os queremos", han repetido.

Los edificios que rodean el número 25 de la calle de Benavent están repletos de pancartas contrarias a la presencia de los okupas. La portavoz del colectivo lo explica "por el estigma y la mala imagen" que se ha generado en torno a este colectivo. Ha admitido, sin embargo, que ellos son los primeros que quieren evitar los altercados como los que se produjeron tras el desalojo de Can Vies, en el 2014.

Una residente, megáfono en mano, se ha preguntado dónde están las autoridades. La única concejala que se ha acercado ha sido Maria José Lecha, de la CUP, que ha apoyado a los okupas. "¿Qué han hecho ustedes por este edificio en estos 10 años?", le ha preguntado a una indignada vecina.

A las 20.15 horas, los vecinos han empezado a enfilar el camino de sus casa. Los okupas han desconvocado la concentración, pero se han quedado un buen rato frente a la puerta del edificio, del que no se han despegado ni un segundo los vigilantes. "Hoy -ha explicado Adriana- no está previsto que intentemos volver a entrar, otro día, ya se verá".

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