H&M obtiene por la vía del silencio administrativo una macrotienda
La empresa sueca de moda H&M ampliará 5.000 metros cuadros su establecimiento de la zona baja del paseo de Gràcia sin que la conveniencia o el infortunio de esta iniciativa empresarial hayan sido analizados ni una sola vez en el pleno del Ayuntamiento de Barcelona. El gobierno de Ada Colau se vio ayer en la obligación legal de aprobar esta ampliación por la vía del silencio administrativo, después de que durante el anterior mandato el alcalde Xavier Trias evitara de forma reiterada someter a debate y votación el proyecto. «Es legal», dijo Jordi Martí, el concejal de CiU al que le tocó ayer tragarse el sapo de esta anomalía. El resto de la oposición y el partido del gobierno local se ensañaron con él. La aprobación forzada fue calificada de «estafa», decisión colada «por la puerta de atrás», «hurto del debate público» e incluso se insinuó que el proyecto se escondió premeditadamente en «algún cajón olvidado durante el anterior mandato municipal.
El paseo de Gràcia es una avenida en la que se ha llorado estos últimos dos años el cierre de algunos establecimientos icónicos y se ha criticado su deriva, caracterizada por el aterrizaje de grandes marcas internacionales, nada que ver con el comercio de proximidad que todos los grupos políticos dicen defender. La nueva tienda de H&M, en la confluencia del paseo de Gràcia con la Gran Via, se sumará así a esa tendencia, pero a lo grande. Con la ampliación alcanzará una superficie cercana a los 8.000 metros cuadrados, a la que parece que pretende responder en el futuro con una ampliación equivalente uno de sus grandes rivales, Zara, con tienda al otro lado de la misma calle.
El problema es que la aprobación del proyecto por la vía del silencio administrativo no es una rareza. La Barcelona de las grandes superficies comerciales se ha construido demasiadas veces así de forma reciente. Heron City obtuvo 6.000 metros cuadrados adicionales este verano por el mismo sistema. La Maquinista, 10.000, con el añadido de que el empuje comercial de ese centro comercial de Sant Andreu es inversamente proporcional al declive de las tiendas del barrio.
CASOS FUTUROS
Ante esta situación, el grupo municipal de Ciutadans reclamó al equipo de gobierno que examine los expedientes heredados del anterior ejecutivo para evitar nuevas aprobaciones por la vía del silencio administrativo, una fórmula bochornosa para los concejales, porque la ley les impide votar en contra de ese reconocimiento de que los plazos han expirado y que por tanto el plan a debate supera el último trámite. En el pleno de ayer, solo la CUP Capgirem Barcelona votó en contra del reconocimiento del silencio administrativo con el argumento de que el plan tiene defectos de forma, a pesar de que los letrados municipales creen lo contrario.
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