Modernización del puerto de pescadores

La nueva fábrica de hielo marca el inicio del renacer pesquero de BCN

RAMON COMORERA
BARCELONA

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El puerto de pescadores de Barcelona lleva años y más años atrapado en una gran paradoja: tiene profundas raíces históricas y se ubica junto al mayor y más fuerte de los mercados potenciales, pero su pérdida de peso y su decadencia no han cesado, y las instalaciones son hoy las más envejecidas y precarias de Catalunya. En lo que va de siglo se ha intentado varias veces iniciar la reforma integral con nuevos edificios, la diversificación de actividades y la apertura a la ciudad. Una relación tradicionalmente difícil con la Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) y con la misma capital catalana no ha contribuido a poner en marcha esa modernización. Hasta ahora, ya que a mediados de junio se van a iniciar al fin de forma oficial las obras de la nueva fábrica de hielo, el primer eslabón de todo el proyecto.

Los planes diseñados hace una década preveían además de esa instalación una nueva lonja con un restaurante mirador y una pasarela, la apertura como espacio público de parte de los muelles del Rellotge y de los Pescadors, la creación de un aparcamiento, una cierta explotación turística, pedagógica y cultural del lugar y de la actividad de los barcos e incluso la ubicación de puestos de venta directa y degustación de pescado. El plan era ambicioso y costaba más de 10 millones que invertía la APB. Los cambios legales que poco después aprobó el Estado hicieron inasumibles los 800.000 euros de tasas anuales que deberían pagar los pescadores por usar el recinto.

Tras desestimarlo, rehacerlo, paralizarlo de nuevo y recortarlo, tiempo durante el que la propia flota se redujo a la mitad hasta las 35 embarcaciones actuales (20 de cerco, 13 de arrastre y 2 de artes menores con un total de unos 300 trabajadores), la APB ha acordado con la Cofraria de Pescadors de Barcelona su puesta en marcha por fases. Según la licitación culminada en abril, a la que se presentaron 18 empresas, la moderna fábrica de hielo costará medio millón y seis meses de obras.

CAPTACIÓN DE AGUA / La instalación se ubicará entre la planta actual y el almacén de redes de cerco y producirá hielo de gran calidad gracias a su moderna tecnología y a las dos captaciones de agua a 30 metros de profundidad ya ejecutadas. Los pozos dan líquido con pocas impurezas y a una temperatura cuatro grados inferior, con lo que se ahorra energía respecto a la captación superficial.

Estas obras y todas las demás se harán sin parar la actividad pesquera. La vieja fábrica solo se derribará, para dar paso en ese solar a la futura lonja, una vez su sustituta entre en servicio. Del mismo modo, la desaparición de la antigua lonja se acometerá cuando esté lista la nueva, en cuyo espacio se ubicará entonces un aparcamiento y parte de la zona que se abrirá a la libre circulación de peatones hasta rodear la histórica Torre del Rellotge, el antiguo faro reconvertido.

CINCO AÑOS / Hasta ahora la APB solo ha licitado la factoría de hielo y la redacción de los proyectos ejecutivos de esta, de la lonja y de la urbanización de la zona. El patrón mayor de la cofradía, José Manuel Juárez, afirma que los pescadores se han marcado el objetivo de que a partir de este momento los trabajos ya no se detengan y se encadenen durante cinco años hasta culminar toda la reforma. El coste de la lonja se estima en unos seis millones con dos años y medio de obras. El pacto con la APB incluye la cesión de una cuarta parte de los 24.000 metros cuadrados que tiene la cofradía entre los muelles de los Pescadors, Balears y Nou.

La antigüedad de los edificios actuales, construidos hace 40 años en parte con hierro y no con acero inoxidable como, entre otras cosas, establece hoy la normativa, obliga a frecuentes y costosas reparaciones para cumplir las condiciones sanitarias y de seguridad, lamenta Juárez.