DINAMIZACIÓN DE UN equipamiento municipal

Nou Barris abre el patio de su sede a actividades vecinales

Aspecto del patio interior de la sede del distrito de Nou Barris, un antiguo manicomio, hace unos días.

Aspecto del patio interior de la sede del distrito de Nou Barris, un antiguo manicomio, hace unos días.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Si la intención era, como a todas luces parece, contraponer la imagen de un distrito literalmente rodeado de policía durante los plenos, cerrado a cal y canto, a la de un patio abierto lleno de sillas donde todo vecino estaba invitado a participar y, sobre todo, a ser escuchado, la jugada salió redonda. Sucedió a finales del pasado mes de julio, en el pleno de constitución del consejo del distrito de Nou Barris, el que fue el peor campo de batalla en el que tuvo que pelear el anterior equipo de gobierno, y uno de los puntos fuertes del equipo entrante, que con la celebración del simbólico pleno al aire libre -al que asistió incluso la alcaldesa, Ada Colau-, quería escenificar su «nueva forma de hacer política».

«No quiero volver a ver las puertas del distrito cerradas», ha repetido en varias ocasiones su concejala, Janet Sanz, quien asegura que la celebración del pleno en el privilegiado patio fue «más que un gesto». «La idea es que este espacio entre en el imaginario colectivo como un espacio público más de la ciudad. Que la gente se lo haga suyo; que lo tome como un espacio de convivencia más. Un sitio en el que los vecinos se sientan invitados», detalla Sanz.

UNA VIEJA REIVINDICACIÓN

La noticia de la apertura «real» del patio, característico por sus enormes palmeras, ha gustado mucho en el denso tejido asociativo de Nou Barris, que llevaba tiempo reivindicando un mayor uso del hasta ahora desaprovechado lugar. «Habíamos pedido organizar actos, como el Festival de Blues, y se nos había negado argumentando que en el festival se vendía alcohol, algo prohibido en el interior de un equipamiento municipal», recuerda Xavi Artal, activista social y cultural del lugar y un veterano del Ateneu de Nou Barris, feliz con la reorientación propuesta por el nuevo equipo de gobierno municipal.

«Lo he hablado con los servicios técnicos y alegar eso para no ceder el espacio es hacer una lectura muy estricta de la norma. El espacio está abierto para quien quiera programar en él. De hecho, queremos abrir un proceso de dinamización, ofrecerlo a las muchas entidades del distrito», prosigue Sanz, quien avanza que, en ese proceso, también plantearán los pequeños cambios urbanísticos que se podrían hacer.

El patio, ahora una zona solo de paso durante las horas en las que el edificio está abierto, ya está habilitado con lavabos públicos, pero tiene -mal frecuente en la ciudad- pocos bancos, algo que Sanz quiere arreglar en su apuesta por hacer sugerente el espacio. También es su intención repensar la plaza Major de Nou Barris, la gran plaza frente al antiguo manicomio, «ahora un gran espacio diáfano infrautilizado». Una plaza demasiado dura y desangelada para el gusto de muchos y que, a ojos de la concejala, sería fácil hacer más agradable introduciendo solo algunos cambios «para que se llenara de niños jugando».