INICIATIVA POPULAR EN EL DISTRITO MÁS VISITADO DE BARCELONA

«Nosotros vivimos aquí»

Conciencia en remojo 8 Una vecina de Ciutat Vella (de espaldas) entrega un folleto a una pareja de turistas, ayer a mediodía, frente a la catedral.

Conciencia en remojo 8 Una vecina de Ciutat Vella (de espaldas) entrega un folleto a una pareja de turistas, ayer a mediodía, frente a la catedral.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

«Es muy guay tomarse una caña en una terraza y que el autocar te deje justo delante del lugar que vas a visitar, pero reducen el espacio público, ya escaso en Ciutat Vella y necesario para la vida cotidiana de quienes la habitamos». Este es, literalmente, el quinto punto del colorido folleto bautizado comoBienvenidos a Barcelona,editado por la asociación de vecinos del Casc Antic en catalán, castellano, inglés, francés, italiano, alemán y ruso para la campaña de sensibilización sobre la afectación del turismo en la vida vecinal, iniciada el mediodía de ayer frente a la catedral pese a las inclemencias meteorológicas (cansina lluvia, que, por otro lado, no evitó que el centro siguiera siendo ayer un enjambre turístico).

La idea surgió de entidades vecinales del Casc Antic, el Gòtic, la Barceloneta y el Raval, exhaustas de«la insostenible proliferación de grupos masivos, tanto a pie como en autocar»,según indica Maria Mas, portavoz de la iniciativa. Jordi Bonet, presidente de la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona (FAVB) y otro de los impulsores de la singular campaña, explica que llevan mucho tiempo pidiendo al ayuntamiento sin éxito políticas de descentralización del turismo para descongestionar la zona.

A ojos de estos vecinos, las situación a la que se ha llegado, que ha llevado a muchos residentes incluso a abandonar el lugar, según apuntan los organizadores de la campaña, es consecuencia directa de la inexistencia de esas políticas.«Con esta campaña hacemos lo que el ayuntamiento no hace: explicar a los visitantes que en Ciutat Vella vivimos personas. Que esto no es un parque temático donde solo hay terrazas, pubs irlandeses y museos», prosigue Bonet. En esa línea, los folletos, de los que han editado 3.500 copias, después de enunciar sus principales quejas, exponen:«Los principales responsables de estos problemas son los lobis turísticos, los empresarios hoteleros y los poderes políticos, pero está en vuestras manos reflexionar y tomar una actitud responsable y considerada con al ciudad y sus habitantes».

El número uno en el listado de dolores de cabeza provocados por el turismo masivo en Ciutat Vello lo ocupan, sin ninguna duda, los pisos turísticos,«y las jaranas que montan en los portales, sin tener en cuenta que allí viven personas», expone Mas, temerosa por los anunciados cambios en el plan de usos del distrito. Y es que las entidades del lugar tienen miedo de que la esperada flexibilización a la hora de dar nuevas licencias para plazas hoteleras empeore«todavía más»la situación.

En segundo lugar -tanto en la clasificación de preocupaciones como en el sermón para los viajeros- está la ocupación del espacio público.«La saturación de turistas dificulta la movilidad cotidiana, especialmente a las personas mayores, los niños y personas con movilidad reducida. Los grupos masivos a pie y las caravanas de bicicletas y otros vehículos invasivos no hacen sino agravar el problema», explican los activistas en el folleto, que los turistas recibían ayer con una sonrisa.

En la misma línea, la de la ocupación del espacio público vinculada a los usos (y abusos) turísticos, los activistas vecinales de Ciutat Vella tiene otra batalla abierta: la proliferación de terrazas. Mas considera inadmisible que se quiten bancos de plazas públicas-que eran utilizados por vecinos- para instalar terrazas,«en beneficio del turismo». Una de las nuevas terrazas que más ha irritado a las entidades vecinales es la aparecida recientemente en el Pou de la Figuera, plaza en la que se hizo un proceso participativo para decidir sus usos, en el que se decidió que no se instalaría ningún velador.«El nuevo gobierno tira por el camino del medio. Tenemos que estar muy atentos»,prosigue Mas, indignada.

El caos de los autocares

Sin dejar la ocupación del espacio público, los vecinos critican«el caos»de los buses turísticos de la catedral, que convierten en una carrera de obstáculos cruzar la Via Laietana hasta Santa Caterina.

«Esperamos vuestra ayuda para crear conciencia de lo que sufre la población en una ciudad que se desarrolla siguiendo solo intereses económicos. Confiamos en que nos ayudéis a evitar comportamientos de algunos visitantes que empeoran más aún esta situación, como el ruido nocturno y mear en la calle, inaceptables en cualquier lugar», concluye el folleto. Ahora solo les queda cruzar los dedos.