LA REGULACIÓN DEL CONSUMO DE UNA DROGA EN AUGE

La norma de clubs cannábicos dejará solo 11 de los 123 actuales

Cogollos de marihuana en el club cannábico G13, en la calle de Nàpols, esta semana.

Cogollos de marihuana en el club cannábico G13, en la calle de Nàpols, esta semana.

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / BARCELONA

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barcelona verá reducida de 123 a 11 su oferta de  clubs cannábicos en el 2017. Esa es la estimación definitiva en torno al sector del autoconsumo que hace el ayuntamiento, cuya comisión de gobierno formalizó ayer la aprobación inicial del plan especial urbanístico que supondrá el cese de actividad de la inmensa mayoría de los locales de este tipo que hoy operan en la capital catalana.

La cifra rebaja aún más la lista de asociaciones supervivientes tras la rotunda criba con que el consistorio pretende poner coto a la «proliferación» de este tipo de locales. En sus cálculos iniciales, fuentes municipales hablaban de «una veintena de clubs» que podrían mantenerse abiertos un año y medio después de  la aprobación definitiva del plan, prevista para otoño próximo en función del resultado de las elecciones municipales. Pero la cifra se ha reducido todavía a la mitad al poner sobre el mapa los 150 metros de distancia que, como mínimo, debe de haber ente estas asociaciones y locales, equipamientos y negocios sanitarios, culturales, docentes y deportivos, tanto públicos como privados, que acostumbren a frecuentar menores de edad.

La distancia se aplica al tomar como referencia «una manzana y media del Eixample», según fuentes municipales. Un espacio que consideran prudencial para mantener distancias con estas asociaciones, y cambiar de ruta para evitar pasar por delante de ellas si así se prefiere.

MERCADEO / Con la decisión, se trata de «evitar que Barcelona se convierta en un referente del cannabis en el mundo», según expuso ayer el alcalde de la ciudad, Xavier Trias. El dirigente, que repite como cabeza de lista convergente en los comicios municipales, expuso que se trata de una medida lógica y correcta desde el punto de vista sanitario, dado que se trata de impedir que los clubs deriven en «lugares donde se acabe generando un mercado de cannabis». Para el alcalde de Barcelona es prioritario evitar que los jóvenes puedan banalizar sobre el consumo de marihuana. «Si alguien quiere ver los estragos que causa el cannabis en los jóvenes, solo tiene que ir a los hospitales y que allí les expliquen su trabajo los equipos de psiquiatría les expliquen la situación», añadió Trias.

Los clubs y cualquiera que lo desee disponen ahora de dos meses para presentar alegaciones, el periodo que durará la exposición pública del plan. Tras las elecciones, la intención de CiU, si mantiene el gobierno, es negociar dicho plan con el resto de partidos antes de someterlo a  aprobación en el pleno.