Noches de copas y pimpón

Deporte y vida nocturna no parecen los mejores aliados, más bien se antojan casi antagónicos, aunque a decir verdad, cada vez son más los 'runners' (versión moderna de los corredores de toda la vida) que toman las aceras de Barcelona llegada la noche. Basta con apostarse en la Diagonal o en el frente marítimo de la ciudad a última hora de la tarde para descubrir que la pasión por las zapatillas amortiguadas, reactivas y ligeras la viven gentes de toda clase y condición a la caída del sol. Pero esta crónica no va de atletismo, sino de pimpón. Un deporte que no requiere una gran forma física y que se puede practicar con una mano en la mesa de juego y la otra en la barra del bar. Y ese punto, el de ejercicio-moderado, por supuesto-, por un lado, y copas, música y amigos, por otro, es lo que buscan aunar las recién estrenadas noches de los viernes, #PingPongFriday, de Luz de Gas.

«En Nueva York se está convirtiendo en una moda, en una tendencia que queremos importar aquí. Llenar la sala es lo de menos, lo hacemos porque nos gusta», explica Fede Sardà, alma del local. Que disfrutan con ello no hay duda. Pues tanto Sardà como Pep Palés y Li Qi --los tres principales adversarios a batir en la mesa-- llevan años conquistando el campeonato de España de pimpón por equipos. Y lo de que conseguir aforo no figura entre las prioridades es solo una verdad a medias. Pues la franja horaria de medianoche a dos de la madrugada, la que la Sala B de la discoteca dedica a la raqueta, es aquel momento de la diversión nocturna en el que el público más joven de Barcelona nadie sabe dónde esta. «Atraerlo con una actividad que combina música, copas, amigos y deporte» es el objetivo, apunta Sardà.

Y así, en el marco de esta nueva tendencia que reina en la que ya no existen compartimentos estancos en el tema del ocio -ahora es posible disfrutar de una interpretación de "Las variaciones Goldberg" en un bistrot, vivir una performance plástica en el escenario del Palau de la Música y comer sofisticados platillos en una galería de arte-, aterrizó el deporte en la discoteca Luz de Gas. Hubo música de apuesta segura, es decir aquella que invita a hacer los coros por conocida: Bruce Springsteen, Dire Straits, U2, Supertramp, Pink Floyd… Copas al gusto del consumidor: ver la pelota una o dos veces depende de las ganas de ingerir de cada cual. Grupos de amigos: pocos, cambiar las costumbres requiere su tiempo, pero entregados. Y, por supuesto, hubo pimpón. De exhibición: se jugó con palas del tamaño de una piruleta y con palas en la cabeza. Y de competición. Aunque las posibilidades de ganar jugando con alguien que ha sido campeón del mundo, Li Qi lo fue, no es tarea fácil. Guillem, un joven aficionado que invierte horas practicando en el Ateneu de L'Hospitalet, lo consiguió. Contó con el apoyo de los amigos apostados en la barra, pero se intuye una cierta benevolencia en el juego de Li...

Solo una mujer, Elena, se atrevió a desafiar al trío de campeones. Perdió. Y eso que la idea de darle a la pelota y al cocktail a la vez tiene madrina. La cara que lo impulsa desde Nueva York es la de Susan Sarandon. Es tal la pasión de la oscarizada actriz por el deporte de la pala que no solo se la conoce como la reina del pimpón sino que, además, es dueña de una cadena de locales cuya filosofía es la misma que la que quiere importar el Luz de Gas. Pero la suya no es la única cara conocida que se desahoga con el tenis de mesa, los Rolling Stones lo practican en el backstage de muchos de sus conciertos y a Tom Cruise también se le ha visto dándole a la pelota.

Aunque el famoseo local con pasión por la pala y la mesa tira más hacia el ámbito político, sobre todo municipal. Pasqual Maragall tuvo mientras fue alcalde de Barcelona una mesa de pimpón en una sala cercana a su despacho oficial en la plaza de Sant Jaume; el también socialista Jordi Hereu ha acompañado en ocasiones a Sardà en sus entrenamientos, y el nacionalista Xavier Trias coge la pala cada vez que las iniciativas solidarias que patrocina Sardà lo requieren.