Los músicos están entusiasmados con los conciertos en vivo en los bares

Los músicos han recibido la noticia con entusiasmo; desatado o comedido, según el caso. Desatado es el de David Caraben, cantante de Mishima, que califica la medida de "revolucionaria". "Es el tipo noticia que cuando salta puede parecer poco importante pero que dentro de 15 y 20 años lo será porque habrá formado una nueva generación de gente habituada a escuchar música en directo que será más exigente cuando vea actuar a un grupo".

Comedido es el entusiasmo de Yacine Belahcene, que años atrás lideró las bandas Cheb Balowski y Nour. "Es una noticia positiva. Solo espero que no quede en palabras", denuncia, escudándose en el "inevitable pesimismo del sector de los múiscos". Yacine sigue en activo. "La semana pasada, en el bar Absenta, el dueño estuvo todo el rato preocupado de que no hiciésemos mucho ruido". Es natural que envidie a sus amigos de París: "Allí pueden tocar cada noche durante un mes sin repetir bar".

Ambos coinciden en que los grandes beneficiados serán los grupos jóvenes. "El segundo concierto de Mishima fue en Apolo y es fundamental que cuando llegues al Apolo hayas hecho ya 20 o 30 conciertos", recuerda Caraben. Rombo llevan solo dos años en activo y ya han tenido problemas con la ley. "Tocamos en el bar Alfa, vino la policía y les cayó una multa", recuerda su cantante Clara Molins. Además de una gran noticia, ella ve esta iniciativa del ayuntamiento como "algo normal en cualquier sociedad que ame la cultura". Y añade: "Hace falta un trabajo de pedagogía: explicar que la música en vivo es un valor y se debe preservar como un bien".