Un museo en el parque de bomberos más antiguo

Ha sido un combo perfecto. Fira de Barcelona pierde fuerza en la plaza de Espanya. Esto permite que un terreno municipal que estaba cedido al consorcio se haya podido recuperar para ampliar un colegio con serias carencias de espacio exterior. Que la escuela se expanda hacia atrás facilita que no tenga que hacerlo hacia los lados. Y aquí entra, o más bien sale de los planes educativos, el parque de bomberos de la calle de Lleida, el más antiguo de la ciudad. Ayer se dio a conocer el proyecto que convertirá este viejo cuartel en un parque de la prevención, un homenaje didáctico, histórico y museístico a esta «profesión de héroes», en palabras del alcalde. Se mantiene el ladrillo y la estructura metálica, pero con un aire, cómo no, 'smart city'.

El ayuntamiento estaba entre la espada y la pared, entre la urgencia del CEIP Jacint Verdaguer y el deseo y la fuerza de la Plataforma por la Defensa del Patrimonio Histórico de los Bomberos de Barcelona, donde están asociados todos los apagafuegos jubilados y muchos de los que siguen en activo. Ya no hará falta elegir entre mamá y papá gracias a que la escuela ha podido ganar metros retirando el muro que separaba el patio de los dominios de la Fira.

Núria Lacasa, directora del centro, tenía a bien mostrar ayer a este diario cómo ha quedado la zona de jolgorio de sus 450 alumnos. El patio ha crecido, a ojo, un 30%, pero se perderá ese espacio cuando se construya un pequeño edificio en una de las esquinas del rectángulo en el que se instalará la educación infantil y un gimnasio. Los niños se ejercitan ahora en una clase en la que se han cambiado los pupitres por espalderas. «Estamos satisfechos con el acuerdo porque creo que de esta manera todos salimos ganando», compartía la docente, mientras saludaba a estudiantes y profesores por los pasillos.

Finales del 2015

Está previsto que el parque de prevención abra las puertas a finales del 2015. Las obras empezarán en noviembre y costarán 2,1 millones de euros, una cifra que contrasta con las 404.097 pesetas que costó la construcción del edificio, que coincidió con la Exposición Universal de 1929. El proyecto prevé la rehabilitación integral de la finca, que pasará a tener cuatro plantas que acogerán un centro formativo y divulgativo centrado en la prevención y la seguridad, un museo sobre el cuerpo, un equipamiento cultural abierto al barrio y espacio que reconozca la labor de los bomberos.