remodelación DE UN EQUIPAMIENTO CULTURAL

El museo Etnològic reabre marcado por la 'estelada'

Muñecos con estelades en la vitrina diseñada por Sergi Salvó para la exposición El sagrat, el profà i la festa.

Muñecos con estelades en la vitrina diseñada por Sergi Salvó para la exposición El sagrat, el profà i la festa.

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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La controversia política sigue persiguiendo al museo Etnològic de Barcelona, que con 72 años de vida mañana reabre sus puertas después de cuatro años cerrado al público. La exposición permanente rinde tributo a la pluralidad social y a la diversidad cultural de la ciudad, pero la muestra temporal titulada El sagrat, el profà i la festa exhibe una vitrina con muñecos creados con papel maché en la que varios de ellos ondean esteladas. Estas son las únicas banderas que aparecen, lo que reduce el retrato antroplógico al independentismo.

Esta exposición, comisariada por la antropóloga Josefina Roma, fue encargada en la etapa en la que el anterior gobierno municipal, de CiU, pretendía borrar el carácter universal de su concepto museístico para orientarlo exclusivamente en la etnología catalana. Esa estrategia reduccionista alarmó a destacados especialistas y encendió la controversia en el ámbito universitario y político.

El sagrat, el profà i la festa indaga en los orígenes y en la vigencia de las creencias religiosas en Catalunya, «donde entran en diálogo las tradiciones con la identidad contemporánea y con las manifestaciones festivas», según se explica en uno de los paneles informativos. El creador de la controvertida pieza con esteladas es el artista Sergi Salvó, que intenta transmitir que las fiestas reflejan los momentos sociales cambiantes. Josep Fornés, director del Etnològic, consideró ayer que se trata de una vitrina de autor. «Una mirada personal que se debe respetar», apuntó.

Fornés informó de que Salvó ha donado mil figuritas al museo, pero que en el escaparate que se encuentra en la cuarta planta no cabían todas. «También hay un muñeco con la bandera española, la señora de la Grossa y guardias civiles. Pero no salen por falta de espacio», insistió el director del museo. En cambio, sí aparecen mujeres árabes, Mossos d'Esquadra, gegants, castellers y un sacerdote con sotana que lleva un micrófono de la cadena Cope.

Fornés señaló que estos cuatro años no han sido fáciles. «Se han redactado 12 proyectos diferentes, pero nunca hemos dejado que este museo fuera el de la barretina. Hemos incrustado en el discurso expositivo la antropología de otras culturas para explicar conceptos universales», aseguró y recordó que la exposición temporal versará sobre las tiendas de alimentos paquistanís en el Gaixample. «No queremos ser un museo convencional», agregó.

«Si la cultura catalana no se contextualiza, no entenderemos ni el pasado ni el futuro», consideró Berta Sureda, comisionada de Cultura del ayuntamiento. Sureda anunció que Fornés se encargará de dirigir la reunificación del Etnològic con el museo de les Cultures del Món, inaugurado por el exalcalde Xavier Trias. «Será un museo con dos sedes».

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