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Dos siglos de bragas

La muestra 'Intimitats. La roba interior del segle XIX al XXI' traza la evolución de la sociedad a través de la ropa interior

Un detalle de la exposición 'Intimitats. La roba interior del segle XIX al XXI' en el Museu de Badalona.

Un detalle de la exposición 'Intimitats. La roba interior del segle XIX al XXI' en el Museu de Badalona.

RAMÓN VENDRELL

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Los bazares regentados por chinos son el Séptimo de Caballería, los Spinners cantando 'I'll be around'en concreto el verso «Whenever you need me, I'll be there» (siempre que me necesites, estaré allí). La emergencia es una libreta (de la marca Cervantes, acabará siendo) y la solución aparece justo al lado del lugar de destino. La sección de bragas, sujetadores y calzoncillos del multiprecio de marras no es preámbulo sino corolario de la exposición 'Intimitats. La roba interior del segle XIX al XXI', en el Museu de Badalona hasta el 14 de junio y que «nos habla de una evolución brutal de la mentalidad social respecto al cuerpo y el papel de la mujer», según Núria Sadurní, responsable de la muestra junto con  Joan Mayné.

Harold Nathan Braunhut, más adelante Harold von Braunhut para acentuar su pedigrí germánico, cosa conveniente a sus inclinaciones supremacistas, fue un genio del capitalismo. Patentes suyas fueron los dos mayores hits de la edad de oro de la venta por correo en EEUU, los Sea- Monkeys (en España, Monos Marinos) y las gafas X-Ray Spex. La publicidad de este último tocomocho, quizá inspirada en la escena de la fiesta de 'El hombre con rayos X en los ojos', prometía visión a través de la piel y de la ropa. Debajo de la piel verías huesos y debajo de la ropa (de chicas, por supuesto), ropa interior, no en balde el artefacto se anunciaba en tebeos para menores.

El primero de los seis periodos en que está dividida 'Intimitats' va de 1800 a 1880. Los anteojos de Von Braunhut habrían permitido ver enaguas, miriñaques, corsés y una prótesis en toda regla explícitamente llamada en francés 'faux cul', el efecto Kim Kardashian de la época. El objetivo: una figura en forma de reloj de arena sobre la que poner ropajes espectaculares que expresaran la prosperidad del marido. Esto por lo que respecta a las cuatro burguesas que había. El resto de mujeres se conformaban con prendas que «taparan las vergüenzas», dice Sadurní, y abrigaran.

Hasta que con el advenimiento de la sociedad de consumo la burguesía empezó a venderles a las trabajadoras esas herramientas de tortura femenina. El corsé no era ninguna broma: provocaba desmayos, fisuras de costillas e incluso lesiones de órganos. Durante la primera guerra mundial EEUU hizo un llamamiento a las mujeres a dar corsés para utilizar el acero de las ballenas en la construcción de buques de guerra. Recogió 28.000 toneladas de metal. Sirve este episodio como inicio del declive de la prenda.

Unos hitos: Mary Phelps Jacob crea el sostén en 1914, la marca estadounidense Du Pont lanza las medias de nailon el 15 de mayo de 1940 y vende cuatro millones de pares en cuatro días, las 'pin-ups' ponen de moda en la década de 1950 los atómicos 'bullet bras'para entendernos los sujetadores de la contraportada de 'Some girls'. A todo esto España va a su triste bola y la lencería se hace en casa.

Qué hombres

El despelote de los años 60 inauguró un etapa oscura para los fetichistas de estas cosas, si bien los pantis tienen sus fans. También supuso el amanecer de la industria de la ropa interior masculina, hasta entonces Alfredo Landa en camiseta imperio y calzoncillos Ocean. Qué tejidos, qué colores, qué hombres de pelo en pecho. En los 80 hubo un renacimiento de la sofisticación íntima, pero los 'bodies' certifican que fueron años de zozobra estética.

La exposición acaba con el periodo 1990-2015, titulado 'La intimitat exhibida'. Ya saben, escuelas que vetan las colas de ballena (el regreso de los pantalones de tiro alto les habrá dado una alegría), chavales con los pantalones por debajo de las nalgas para lucir calzoncillos, bazares que venden tangas rojos para Nochevieja.

La lencería correctiva rima con el ortopédico inicio de la muestra. Prendas para marcar paquete, realzar nalgas, planchar vientre. «Hemos investigado y se venden mucho», dice Sadurní. Malos tiempos para las lentes de Von Braunhut.