EXPORTACIÓN DE UNA MANERA DE PENSAR LA URBE

Modelo BCN para Moscú

XABIER BARRENA
BARCELONA

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En la lista de grandes megalópolis del mundo mundial siempre aparecen las misma ciudades. Nueva York, París, Londres, Tokio, Shanghái... Como no todo en esta vida se acaba en el tamaño, hay otras ciudades incluso más pobladas, como algunas latinoamericanas o africanas, que no merecen esta etiqueta de megalópolis. Y también existe una gran olvidada. De 10,5 millones de habitantes. Capital, a lo largo de los tiempos, de varios imperios y en la actualidad, del mayor país del mundo en extensión. A caballo de Europa y de Asia. Es Moscú. Las autoridades rusas han convocado un concurso de ideas para proyectar el crecimiento futuro de la ciudad moscovita. Se trata del mayor proyecto urbano de la historia del urbanismo. Y entre los 10 finalistas se halla una alianza netamente catalana y que supone la exportación, casi comercial, del modelo Barcelona: la que forman el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill y la agencia metropolitana Barcelona Regional.

Veinte años después de la desintegración de la Unión Soviética, y consolidada ya en la categoría de potencia regional (como acuñó, entre otros, el exasesor de Jimmy Carter Zbigniew Brzezinski), en parte gracias a sus enormes recursos energéticos, Rusia piensa ya en tener una capital mundialmente homologable a las citadas anteriormente. Condiciones no le faltan.

Las bases del concurso establecen una extensión de la ciudad hacia el suroeste, siguiendo el eje de una de las 14 carreteras radiales que comunican la capital con el resto del país. Son 1.500 kilómetros cuadrados, es decir 2,5 veces el actual municipio y donde deberían ubicarse 11,2 millones de personas. El programa del proyecto, es decir, las piezas que los arquitectos deben colocar son, entre otros, el nuevo centro financiero, las administraciones del Estado, los campus universitarios y científicos, y otros equipamientos públicos.

Tal y como explica el director general de Barcelona Regional, Willy Muller, el objetivo final del proyecto es descongestionar el centro de la capital. Ricardo Bofill, por su parte, prefirió por el momento no hacer pronunciamiento público alguno.

«Las autoridades rusas han elegido uno de los ejes radiales porque el crecimiento concéntrico traería más colapso a la ciudad», explica Muller, para quien «la llegada del capital privado en las últimas dos décadas ha creado nuevas necesidades urbanas».

El concurso en sí supone un reto apasionante en el mundo del urbanismo. ¿Cómo se afronta? Las experiencias anteriores de ciudades radiales deben servir de lección, viene a decir Muller. «París creó una serie de ciudades satélites a 25 kilómetros del centro», las banlieue, algo que «se ha demostrado un fracaso socialmente».

NUEVOS POLOS / La otra gran capital europea, Londres, probó con un anillo también de ciudades, pero a más distancia, 75 kilómetros, lo que a la postre ha provocado el nacimiento de nuevos polos que ya no dialogan con el centro metropolitano.

¿Y cuál es la solución barcelonesa para Moscú? Muller explica, antes, cómo se organiza la alianza de Barcelona Regional con el despacho de Bofill, ahora mismo el arquitecto español con mayor reconocimiento allende de las fronteras. La agencia metropolitana aporta su know how en el estudio del territorio, que incluye varias ramas del conocimiento, desde el propio urbanismo al medio ambiente, pasando por las infraestructuras. Sobre estos estudios y análisis, el arquitecto proyecta. No son áreas estancas, ya que de eso se trata, de trabajar en equipo.

«Barcelona aporta lo que mejor sabe hacer. Es decir, la herencia de siglos de construcción de una ciudad mediterránea que se pude definir en abstracto como la «urbanización densa y compacta en un sistema de gran conexión en transporte público», cuenta Muller.

DE BCN A GIRONA / Moscú tiene un diámetro de 35 kilómetros, y en el eje en el que se propone la ampliación, pasará a tener 100 kilómetros. La distancia entre Barcelona y Girona. No se trata, por tanto, de un proyecto que se realiza y se ejecuta. Las aportaciones de los estudios elegidos deben servir de base para realizar el masterplan.

El concurso, en marcha desde el pasado otoño, dará lugar a una macroexposición en la capital moscovita en septiembre.