prueba de acceso para ser conductor

La mitad de los aspirantes a taxista extranjeros suspenden en lengua

Un taxista carga equipaje en el muelle Adossat, el pasado abril.

Un taxista carga equipaje en el muelle Adossat, el pasado abril.

EL PERIÓDICO
BARCELONA

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Son muchos los usuarios de taxi que lamentan que el conductor no entienda ni una palabra de castellano o catalán y que precise del GPS para orientarse en una ciudad que le es ajena. Las cifras les dan ahora la razón: El 7,5% de los 697 extranjeros que se han presentado a la prueba básica de lengua del Instituto Metropolitano del Taxi (IMT) de Barcelona hasta julio han suspendido el examen -se puede hacer en catalán o castellano- instaurado este año para garantizar la calidad del servicio e imprescindible para obtener la credencial de chófer.

Así lo explicaron a Europa Press fuentes del IMT, que apuntaron que los aspirantes deben demostrar un nivel mínimo de B1 -básico- de las lenguas oficiales, puesto que casi cuatro de cada 10 candidatos a la credencial de taxista en febrero eran extranjeros.

Según la Entidad Espacio de Inclusión y Formación (Eica), que evalúa los conocimientos de lengua junto con Probens y Servei Solidari, todos los participantes han elegido examinarse de castellano excepto uno que lo ha hecho en catalán, aunque el reglamento metropolitano del taxi establece que deben entender ambas lenguas.

La coordinadora de Eica, Antonia Salazar, precisó que el 80% de los candidatos procede de Pakistán y el resto, de Marruecos y de países del este de Europa, como Rusia y Ucrania. Estos aspirantes gravitan ahora al sector del taxi porque lo ven «con posibilidades». Quienes suspenden no han alcanzado un nivel básico de lengua a pesar de que buena parte de ellos llevan entre cinco y 10 años en Catalunya, algo que Salazar atribuyó a la «guetización laboral», es decir, el trabajo con personas de su misma nacionalidad.

CUATRO CONVOCATORIAS / La prueba de lengua permite un primer contacto entre las entidades sociales y este colectivo y facilita una primera acogida de estos extranjeros, algunos de los cuales se han presentado a las cuatro convocatorias de examen celebradas hasta la fecha.

«Las primeras convocatorias fueron duras porque no comprendían por qué debían entender la lengua para ser taxistas», explicó la coordinadora, que destacó la labor informativa de las entidades.