Memoria de la BCN bombardeada

La urbanización de la calle del Ripollès, en el Clot, permite documentar intacto un refugio de la guerra civil

Intacto 8 Al descubierto uno de los 1.400 refugios registrados de la ciudad.

Intacto 8 Al descubierto uno de los 1.400 refugios registrados de la ciudad.

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Los entendidos sabían de su existencia; uno de los casi 1.400 refugios que conformaban la pionera red de defensa pasiva de la sociedad barcelonesa durante la guerra civil. Pero, que constara en los papeles de los historiadores no restó un ápice de sorpresa a los vecinos de la pequeña calle de Ripollès, en el Clot, cuando el miércoles vieron cómo las obras que están convirtiendo el lugar en una zona 30 afloraban un refugio antiaéreo en perfecto estado.

Se trata del refugio número 173, según el Atles dels Refugis de la Guerra Civil espanyola a Barcelona, editado por el Ayuntamiento de Barcelona a partir de la lista de refugios anitaéreos del 16 de julio de 1938, en plena guerra.

Los historiadores sabían que allí estaba, pero no lo habían visto jamás, claro. No sabían cómo era ni en qué estado estaba, algo que la actual reforma urbanística ha sacado a la luz. Ahora se sabe que la entrada situada en la confluencia de las calles de Ripollès y Montanya tiene 14 metros de largo y una profundidad de seis metros.

Durante la inspección arqueológica realizada estos días se ha podido confirmar el buen estado. Se conservan los bancos en todo el recorrido del refugio, de algo más de 100 metros de longitud.

El informe arqueológico hecho público ayer destaca también la gran cantidad de elementos encontrados en el interior del refugio. Muebles de hierro, latas, ollas y cubos qua aún aguardaban en el subsuelo. El estudio señala también que, "excepcionalmente", una de las galerías del refugio se encuentra en mitad del proceso constructivo: paredes y pavimento presentan acumulaciones de ladrillos y cubos de hierro. Durante las próximas semanas los expertos dibujarán los planos y fotografiaran todo el recorrido para documentarlo con detalle antes de que prosigan los trabajos de urbanización de la tranquila calle.