PLAN URBANÍSTICO PENDIENTE

El gigante verde de Barcelona

La ejecución del plan de los Tres Turons, el mayor parque urbano de Barcelona con 122 hectáreas, supone la expropiación de cientos de casas

Vista del futuro Parc dels Tres Turons desde la carretera de Cerdanyola.

Vista del futuro Parc dels Tres Turons desde la carretera de Cerdanyola. / periodico

Helena López / Barcelona

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Ese Guadiana llamado plan del parque de los Tres Turons, proyecto que este gobierno quiere dejar encarrilado antes de terminar el mandato, es, ahí es nada, un parque de 122 hectáreas, el parque urbano más grande de la ciudad, que unirá los actuales parques Güell, el Turó del Carmel, la Creueta del Coll, el Turó de la Rovira y el parque del Guinardó.

Se trata de una idea de 1953 (el plan comarcal ya definía los Tres Turons como parque urbano), recogida en el PGM de 1976, que dejaba oficialmente fuera de ordenación cientos de viviendas. Muchas de ellas -las 295 que siguen afectadas- llevan así décadas. Otras 476 fueron desafectadas en el 2010 tras décadas bajo la espada de Damocles.

Barriadas heterogéneas

Afectaciones que han significado en muchas ocasiones vivir en condiciones muy precarias, ya que estar fuera de ordenación impide obtener permisos de obras. Aunque las situaciones eran y son muy diversas, como en la mayoría de zonas de casas mayoritariamente autoconstruidas, donde conviven humildes viviendas herederas del barraquismo con auténticos chalets. 

Los vecinos de las zonas afectadas -están repartidas por varios barrios- han apostado tradicionalmente por la idea de parque mixto, conservando las casas ya existentes. "No queremos irnos de nuestras casas. Nunca hemos querido", señalan vecinos del Turó de la Rovira, uno de los espacios con un mayor número de casas afectadas, con pocas ganas de hablar en los medios para no remover el tema, que lleva tantos años sobre la mesa. No ayuda, claro, que los vecinos del lugar en el que supuestamente tienen que ser realojados tampoco los quieran. Asunto, este, en principio en vías de solución. 

Parque mixto

Esta idea, la de parque mixto, vista con buenos ojos por el anterior equipo de gobierno, que durante sus cuatro años de mandato no solo no movió ficha para agilizar las expropiaciones -y los realojos-, sino que invirtió en mejoras urbanísticas para los vecinos, que se vieron salvados. Una actuación que mucho tuvo que ver con la museización de las baterías del Carmel, que ofrecen una de las mejores vistas de la ciudad. No fueron pocos los que sintieron que la mejora -que urgía por el pésimo estado de los accesos y la falta de servicios básicos- estaba más enfocada a atraer turistas al lugar -operación que no pudo salir mejor-, que a mejorar las condiciones de vida del vecindario. Los vecinos denunciaban este verano los botellones diarios (y sus consecuencias).   

El plan que ahora Colau reactiva con el concurso (que salvaba a un 61% de los afectados) contaba con un presupuesto de 298 millones de euros, que incluyen expropiaciones y la construcción de viviendas, como las que ahora buscan nuevo lugar -tras la victoria de los vecinos de la plaza de la Pedrera- en Can Baró. Entre los destinos alternativos que se barajan para la construcción de las viviendas de sustitución, uno de los lugares que plantea mayor consenso son los terrenos entre la calle de Francesc Alegre y la avenida de la Mare de Déu de Montserrat. Se trata de unos terrenos de propiedad municipal, expropiados por el ayuntamiento precisamente para abrir una de las entradas previstas en el proyecto del plan de los Tres Turons.

Esta es una de las propuestas de la Plataforma Can Baró, nacida para evitar la construcción de cinco bloques de realojados sobre el único espacio comunitario del barrio.