Mark Freeman: "Barcelona tiene el potencial para ser un centro de referencia para el bien común a nivel global"

EL PERIÓDICO realiza, en colaboración con Barcelona Global, una serie de entrevistas a profesionales internacionales que han escogido vivir y trabajar en Barcelona. Se trata de personas nacidas y formadas en el extranjero que por su experiencia, formación, capacidad emprendedora y creatividad aportan valor añadido a la economía global y pueden ofrecernos otra visión de la ciudad.

mark freeman

mark freeman / periodico

L. D. / BARCELONA

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Mark Freeman llegó a Barcelona hace 4 años. Este canadiense, de 48 años y padre de dos hijos, ha vivido en Nueva York, Bruselas, Rabat y Montreal. Es experto en derechos humanos y procesos de paz y fundador y director del Instituto para las Transiciones Integradas (IFIT por sus siglas en inglés), un ‘think tank’ independiente que asesora a gobiernos y sociedades en transición democrática o post-conflicto.

¿Por qué escogiste Barcelona? Nos enamoramos de ella. Además, me pareció un lugar muy interesante estratégicamente, tanto por su ubicación como por su historia, para establecer la sede de IFIT.

¿Qué aspectos destacarías como positivos? Es una ciudad innovadora, dinámica, segura, con buenos servicios, y con un talante acogedor. También se encuentra bien conectada con los lugares en los que IFIT opera normalmente, como por ejemplo Colombia, Túnez, Ucrania, y Sri Lanka.

¿Qué hay que mejorar? Cabría fomentar nuevas iniciativas como atraer organizaciones de referencia del international policy sector. A pesar de que Barcelona cuenta con un amplio espectro de organizaciones locales dedicadas a este tipo de trabajo, tiene potencial para convertirse en una ciudad de referencia para el bien común a nivel global.

¿Cuál sientes que es tu ciudad? ¿Qué es lo que más echas de menos? A pesar de haber nacido en Toronto y haber vivido en muchas ciudades, considero que Barcelona es mi ciudad. Nos ha acogido a mí y a mi familia de manera abierta y generosa, y nos ofrece mucho de lo que podemos desear en este momento de nuestras vidas. No echamos de menos otras ciudades, pero sí a algunas personas.

¿Cuáles son las grandes carencias en tu sector? Para una organización que persigue abordar un problema que afecta a millones de personas que viven en estados frágiles o afectados por conflictos, la ausencia de una masa crítica de organismos de referencia global en Barcelona (oenegés, fundaciones o instituciones multilaterales) resulta una carencia que podría solucionarse.

¿En que estáis trabajando? Más allá de nuestras actividades internacionales –como el lanzamiento del grupo de asesoría práctica Derecho y Paz–, desde septiembre del 2014 estamos colaborando en el BCN International Policy Sector Action Plan, que pretende hacer de la ciudad un lugar de atracción de oenegés, fundaciones, y ‘think tanks’ internacionales. La marca Barcelona ya es de por sí un hecho incontestable a nivel global, y vale la pena aprovecharlo.

¿En qué aspecto de tu sector destaca positivamente Barcelona? La imagen neutral y el atractivo global de Barcelona. Siempre recibo 'feedback positivo de las personas que en ocasión de alguna reunión del Instituto han podido conocer la ciudad. Me siento orgulloso de mencionar Barcelona cuando presento el Instituto fuera del país.

¿Recomendarías a un amigo venir a vivir aquí? No hace falta convencer a nadie ni contar grandes cosas sobre Barcelona. La ciudad habla por sí sola. Una sola visita hace que cualquier internacional tenga ganas de pasarse al menos una temporada en Barcelona.