movilización por eL IMPACTO DEL 'BOOM' DE VISITANTES

Los vecinos rodean la Sagrada Família contra el turismo masivo

Protesta de vecinos del barrio de la Sagrada Família contra el turismo masivo en la calle de Provença, ayer.

Protesta de vecinos del barrio de la Sagrada Família contra el turismo masivo en la calle de Provença, ayer.

RAMON COMORERA
BARCELONA

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El clímax y el paroxismo turísticos de este verano en Barcelona, que las cifras del aeropuerto, los cruceros de récord o el boom de apartamentos y hoteles certifican sin cesar, empezaron por sacar a la calle a los residentes de la castigada Barceloneta. Después vino una marcha general con representantes de varios distritos, embrión de un movimiento que se pretende de largo recorrido. Ayer por la noche, esta revuelta popular sin precedentes, socialmente transversal, muy diversa y sin signos de politización, llegó al barrio por el que, gracias al atractivo de la marca Gaudí, pasa ineludiblemente cualquier turista que se precie. Más de 200 vecinos de la Sagrada Família se manifestaron, por primera vez y durante casi dos horas, por las calles que rodean al templo. Ocuparon el espacio público para denunciar justamente su «secuestro» por «nueve millones de turistas cada año».

Estos excesos «no benefician al conjunto de la ciudad sino a unos pocos, deterioran la vida de los barrios y convierten una fuente de riqueza en un problema», clamó al final de la marcha y a la sombra de la basílica Joan Itxaso, responsable de urbanismo de la asociación de vecinos. Anunció un calendario de acciones conjuntas hasta junio porque «el turismo masivo y la política municipal han creado una situación insostenible». «Protestamos pero también damos soluciones y el ayuntamiento tiene que dejar de hacer oídos sordos», remató.

Marta, una vendedora del mercado municipal, reivindicó el comercio autóctono y dijo que ahora se abre una oportunidad para «empezar a cambiar las cosas». Xavi, otro representante de los vecinos, exigió la abolición de los pisos turísticos, la ampliación de las aceras más saturadas de Marina o Sardenya y denunció la «insensibilidad y los abusos» de la Sagrada Família que con las colas «ocupa el espacio público en su beneficio y sin pagar impuestos».

REIVINDICACIONES / Las numerosas pancartas y los lemas coreados anoche resumen un mal vivir que viene de lejos. La estampa de una mujer mayor con una cartulina en la que llevaba escrito «volem caminar per les voreres» ilustra la situación. El ahogo de los grupos que van y vienen, la proliferación de tiendas de suvenires, el tráfico y el aparcamiento de autobuses y autocares, los pisos turísticos y la reclamación de equipamientos en el antiguo cine Niza de la calle de Provença en lugar de un super o un hotel, como tramita el ayuntamiento, centraron la protesta.

El concejal del Eixample, Gerard Ardanuy, dijo horas antes que se habilitará un espacio en Aragó-Lepant para aparcar 13 autocares y que en unas semanas habrá agentes cívicos para distribuir el flujo de turistas. Los vecinos exigen más párking y recuperar plazas perdidas con la obra de la escuela de Els Encants.