Los vecinos de Blai se rearman para defender el recorte horario de las terrazas tumbado por el juez

Más de una treintena de vecinos de la calle de Blai y del resto del Poble Sec se reunieron el pasado viernes para debatir sobre la situación en la que les deja la sentencia que tumba el recorte horario en las terrazas del eje y preparar nuevas movilizaciones. Los vecinos insisten en que la aprobación de la ordenanza singular era un pacto que ahora se ha roto. "La ordenanza singular se cerró después de muchas reuniones en las que todos cedimos. Nosotros aceptamos el actual número de sillas a cambio del recorte horario, y ahora nos encontramos con que ni recortan sillas ni aceptan recortar el horario", denuncia Roser Cots, vecina del Poble Sec y exvecina de Blai. Se mudó cuando se quedó embarazada. "El estrés allí era demasiado. Es imposible vivir en Blai con niños pequeños", relata.

Las conclusiones de la asamblea del viernes fueron claras: los vecinos quieren pelear. "Reclamamos al ayuntamiento que haga un informe de contaminación acústica adecuado teniendo en cuenta que la calle no solo tiene un uso terciario, que tiene también un uso residencial", añade Cots, quien insiste en que deberían volver a iniciar la mesa de diálogo. "Si el pacto se rompe y no se acorta el horario, el pacto se rompe en todos los puntos", prosigue esta vecina, que pide también al ayuntamiento -otro de los consensos de la asamblea para el rearme- que presente un recurso a la sentencia.

MODIFICACIÓN DE LA ORDENANZA

Fuentes municipales aseguran estar trabajando en el recurso. "Además, continuamos con la intención de hacer una modificación de la ordenanza de terrazas vigente que la haga flexible y la adapte a las necesidades del vecindario dentro del marco legal", añade la misma voz municipal.

Las entidades que se han unido para plantar cara a la sentencia, Alerta Poble Sec y Som Paral·lel, además de varios vecinos a título individual, piden también que la nueva ordenanza general de terrazas que plantea el ayuntamiento recoja el recorte horario a la baja que recoge la ordenanza singular ahora en jaque.

MÁS ALLÁ DEL RUIDO

Thais Bonilla todavía resiste en Blai. "El primer objetivo de la asamblea del viernes era obtener información. Nos enteramos de la sentencia por la prensa, y no sabíamos qué consecuencias a corto plazo tendría", señala esta vecina, quien apunta que la estrategia a seguir ahora es hacer visible su malestar tanto a la administración -estando presente en las audiencias públicas, consejos de barrio, etcétera- como en la calle.

"Haremos asambleas a pie de calle. Que se nos vea. Que los propios clientes de las terrazas conozcan nuestra problemática. No se trata solo de un problema de ruidos, se trata de la masificación, de la privatización del espacio público; y no se puede entender sin mirar lo que está pasando en el conjunto del Poble Sec", prosigue Bonilla.

Según la sentencia, "no es razonable entender que todos los bares y restaurantes de las dos calles originen molestias a los vecinos". Los vecinos responden a esta afirmación con contundencia y sin miedo: "si se ponen a mirar terraza a terraza, las cerrarían todas".