Los tres protagonistas del crimen de los urbanos

Todas las derivadas de un suceso que ha conmocionado al cuerpo policial están conectados por Rosa P.

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GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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El crimen de los urbanos arroja sospechas sobre la muerte de un mantero en Montjuic. Así están relacionados los protagonistas.

LA VÍCTIMA

El cadáver de Pedro R., un agente de tráfico de la Guardia Urbana de Barcelona, apareció en el interior del maletero de su propio coche, calcinado junto al pantano de Foix, el pasado 4 de mayo. Los Mossos d’Esquadra, por este crimen, han arrestado a su novia, Rosa P., y al exnovio de esta, Alberto L.

Pedro estaba actualmente apartado del cuerpo municipal por agredir a un motorista de 18 años. Los hechos sucedieron el 15 de agosto del 2016, cuando el joven se saltó un control de tráfico montado en la carretera de la Arrabassada. El policía tuvo que esquivarlo y, tras hacerlo, corrió hacia la moto para darle caza.

El motorista detuvo su marcha tomando la salida que conducía hasta la perrera municipal. Las cámaras de la instalación municipal captaron como Pedro llegó hasta el joven y lo agredió. Las imágenes activaron a la Unidad Deontológica de Asuntos Internos (UDAI) de la Urbana, que denunció judicialmente los hechos. Según el joven motorista, Pedro lo tiró al suelo, le levantó el puño y le gritó: "Has estado a punto de matarme". Tras zarandearlo, el agente lo levantó y lo empotró contra unos contenedores. Le dijo entonces: "Te voy a matar, hijo de puta". El motorista huyó despavorido y se escondió en unos matorrales.

La familia de este joven denunció también públicamente que en la comisaría de la Guardia Urbana de Horta-Guinardó se les presionó para que no denunciaran la actuación policial avisándoles de que si persistían en declarar que su hijo había sido agredido se verían obligados a tomar "medidas penales" que acarrearían "penas de cárcel" para el joven. Esta causa no llegó a juicio porque el motorista y Pedro alcanzaron un acuerdo económico. 

Más o menos cuando Pedro protagonizó este incidente con el motorista, inició también su relación sentimental con Rosa. 

LA ACUSADA

Todas las tramas escabrosas que ha vivido la Guardia Urbana de Barcelona en los últimos tiempos están conectados con Rosa P. El crimen de los urbanos, el caso de la pornovenganza y la agresión al motorista de la Arrabassada.

Rosa se formó como agente del cuerpo municipal en el 2007. Un año después, fue destinada a la comisaría del distrito de Ciutat Vella. En esta comisaría coincidió con un cabo, con el que comenzó una relación. Tras romperse, desde la cuenta corporativa de correo de Rosa se envió una fotografía en la que ella aparecía practicando una felación al cabo. Ella presentó una denuncia contra este policía -actualmente subinspector- y el juicio por esta supuesta pornovenganza, pospuesto repetidamente, se celebrará finalmente en octubre de este año. El último testigo aportado a la causa por Rosa es el cabo Juan José L., su jefe en la USD.

Diversas fuentes consultadas por este diario, coinciden en describirla como una mujer atractiva que ha mantenido relaciones turbulentas con diversos policías. Tanto de la Guardia Urbana como de los Mossos d’Esquadra. Es madre de dos hijas que tuvo con un agente de la policía catalana.  

Rosa actualmente está encarcelada en la prisión de Wad-Ras por el asesinato de su última pareja, Pedro, el agente apartado por agredir al motorista de la Arrabassada. Según ha declarado ante la jueza de Vilanova, el autor material del crimen fue Alberto L., uno de sus exnovios. Siempre según su relato, Alberto estaba "obsesionado" con ella y por este motivo se presentó en su domicilio. Rosa niega que fueran amantes y afirma que únicamente colaboró en la desaparición del cadáver de su novio porque tenía miedo de Alberto.

Esta versión de los hechos no cuadra con la primera versión que le dio a los Mossos d’Esquadra, que supieron que les había mentido gracias a la geolocalización de su teléfono móvil. En este interrogatorio inicial, Rosa afirmó que Pedro había desaparecido el martes 2 de mayo, tras una discusión de pareja entre ambos. La semana pasada, sin embargo, Rosa acudió a la policía catalana para cambiar de versión y apuntar a Alberto como único responsable del crimen de su novio actual.

EL POLICÍA VIOLENTO

Alberto L. fue detenido el pasado sábado 13 de mayo por los Mossos d’Esquadra. Los agentes de la policía catalana se presentaron sobre las dos del mediodía en la comisaría de la Zona Franca de Barcelona y lo arrestaron. Él había acudido a trabajar como cada fin de semana como agente de la Unitat de Suport Diürn (USD).

Alberto y Rosa habían sido novios en el pasado. Coincidieron en el mismo grupo de la USD, al que Rosa llegó después de su paso por la comisaría de Ciutat Vella. Juntos protagonizaron el incidente que terminó con un mantero fallecido en Montjuic en el 2014, un caso sobre el que ahora se ha vuelto a poner la lupa. El sábado 9 de agosto de ese año, Alberto y Rosa, de paisanos, persiguieron al vendedor malogrado. Según su versión de los hechos, el mantero trató de apuñalarlos y, sin que ellos lo empujaran, saltó de espaldas por un terraplén de 20 metros hiriéndose de tal modo que falleció en el hospital Clínic. Ese día estaban bajo la tutela del cabo Juan José L.

Este cabo está expedientado por su comportamiento durante la marcha de legionarios que recorrió Barcelona en mayo del 2016. Ese día, según subrayan fuentes municipales, "desobedeció" las indicaciones de su mando y escogió "ubicarse" en una zona distinta de la asignada y, además, lo hizo "luciendo ostensiblemente una pulsera con la bandera española". Se le expedientó, remarcan las mismas fuentes, "no porque llevara la bandera" sino porque la mostró de un modo que "cuestiona gravemente la imparcialidad que debe guiar a los policías, servidores públicos".

Dentro de esta unidad, y dentro del grupo a cargo del cabo Juan José, Alberto se ha visto inmerso en otros dos graves incidentes sufridos por vendedores ambulantes. En el 2011 fue juzgado y absuelto por agredir a un mantero y en el 2012 fue condenado por golpear "innecesariamente" a un senegalés. La muerte del ambulante de Montjuïc, acontecida en el 2014, se archivó provisionalmente. El último caso en el que se ha visto inmerso este agente, reconocible por su barba y por su corpulencia, ha sido el crimen de los urbanos. Él mantiene que la autora del asesinato fue Rosa. Y que él, simplemente, la ayudó a deshacerse del cuerpo.