REPASO AL PATRIMONIO CULTURAL DE la capital catalana

Los mil dragones de Barcelona

MÒNICA TUDELA / Barcelona

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Si uno se para a pensar un momento en cuántas representaciones de la figura del dragón hay en Barcelona es probable que el primero que le venga a la cabeza sea el famoso dragón de trencadís del parque Güell, firmado por Antoni Gaudí. Quizá también recuerde los dragones de piedra de la majestuosa fuente del parque de la Ciutadella o, en el corazón de la Rambla, en el Pla de la Boqueria, el bello dragón azul de estilo oriental de la Casa dels Paraigües. Alguno más, seguro, puede nombrarse rebuscando en la memoria. Pero hay quien se ha dedicado a escudriñar algo más que los recuerdos y se ha puesto, literalmente, a peinar las calles de Barcelona mapa en mano en busca del misterioso animal. Y, hasta la fecha, tiene censados mil. Esa persona es Josep Martínez.

Este fotógrafo andorrano, propietario de la marca Drakcelona, vino a vivir a Barcelona hace 10 años y ahí empezó todo. «Vi que la gente identificaba la ciudad con lugares típicos como la Sagrada Família o la Rambla. Y yo me había fijado que en todas las ciudades suele haber un animal que predomina. El oso, por ejemplo, es el animal de Madrid o de la ciudad suiza de Berna», cuenta. «Y en Barcelona observé que había muchos dragones. Y esa fue la chispa de la idea. De eso hace ya ocho años».

El proyecto de Martínez se dio a conocer en el 2010, con la publicación de Drakcelona, ciutat de dracs500 dracs, 12 rutes, un libro que proponía descubir ese animal y, de paso, la ciudad, mediante paseos. «Hice una segunda edición y ahora han pasado tres años y la caza y captura del dragón sigue. Ya tengo censados algo más de mil», explica el autor. La tercera edición con los nuevos hallazgos estará lista para antes de Sant Jordi. «A menudo me preguntan si este proyecto acabará alguna vez. Yo creo que no. Ahora, además, hay mucha gente que se pone en contacto conmigo para decirme que ha visto un dragón en tal o cual sitio. Así que tengo ayuda», cuenta.

MATERIALES DIVERSOS // Los dragones de Barcelona están hechos con todo tipo de materiales. «Hay animales de trencadís, de piedra, de cerámica, como elementos ornamentales de construcción, y muchos son de hierro forjado, una manera de trabajar que se va perdiendo en la ciudad y que me gustaría ayudar a recuperar con esta investigación», explica. La mayoría de dragones censados por Martínez están en el Barri Gòtic y en el Eixample (un 70% aproximadamente), pero pueden encontrarse en todos los distritos de Barcelona. «También destacan en Pedralbes y en Horta, en lugares donde los ciudadanos con más medios se construían residencias y ponían dragones como decoración», añade. A modo de curiosidad, ¿cuál es el dragón más grande de la ciudad? «El de la escultura metálica ubicada en el parque de la Espanya Industrial, junto a la estación de Sants». En una tarde cualquiera el lugar está lleno de niños que suben y bajan por el tobogán que constituyen las alas del animal. Un dragón amistoso, lejos de la imagen de fiereza que a veces se le atribuye al fabuloso reptil.

Barcelona no es la única ciudad con el dragón como animal predominante, pero sí el lugar donde hay «mayor variedad de estilos», según Martínez. «Las ciudades de China y Japón tienen muchísimos dragones, pero todos tienen más o menos la misma forma, son los conocidos como naga, con forma de serpiente», dice. ¿Y más cerca de nosotros? «Londres tiene muchos de estos animales y Liubliana (Eslovenia) también destaca por sus famosos dragones en uno de sus puentes».

El trabajo de este apasionado de los dragones es, por un lado, una labor de catalogación y por otro, una aportación a la historia de la ciudad, que cambia sin descanso. «El próximo libro añadirá un apartado dedicado a dragones que han desaparecido. Algunos que he retratado ya no pueden verse ahora porque han sido robados. No hay que olvidar que algunas piezas tienen valor artístico como antigüedades o como elementos arquitectónicos y hay gente que se los lleva a casa», comenta.

Tras años trabajando con dragones, además de en forma de libro, este fotógrafo ha decidido explotar la marca Drakcelona de otras maneras. Una de ellas es una aplicación para móvil, tableta y ordenador que incluye rutas gratuitas para recorrer la ciudad siguiendo la pista del dragón y que se puede descargar en la web drakcelona.com. Otra es en forma de paseo guiado a pie. Cada domingo, de la mano de Icono, una empresa de rutas culturales, se puede hacer una caminata de dos horas y media conociendo algunas de estas bestias por el centro de la ciudad. «No se ven todos los dragones de Barcelona, ni mucho menos, pero es una buena manera de comenzar a conocerlos», explica. Está previsto ampliar el número de rutas de este tema en el futuro.

En vista de que el proyecto Drakcelona crece (la marca tiene pensado introducirse en el mundo de la moda y los complementos), una pregunta parece necesaria: ¿buscará dragones más allá de Barcelona? «Me lo han propuesto muchas veces y no haría falta irse muy lejos para expandir esta idea. En L'Hospitalet, en Cornellà o en Sitges habría mucho material. Pero si tuviera que buscar por toda Catalunya yo solo no daría abasto. Habrá que reclutar a un equipo de cazadores de dragones para peinar todo el territorio», dice riendo.