INICIATIVA PARA FOMENTAR LOS GRAFITOS 'LEGALES'

Los mediadores del arte urbano

Espacios regulados 8 El centro cívico Boca Nord, en Horta-Guinardó, es uno de los puntos de la ciudad dónde se fomenta el grafito controlado.

Espacios regulados 8 El centro cívico Boca Nord, en Horta-Guinardó, es uno de los puntos de la ciudad dónde se fomenta el grafito controlado.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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El objetivo estaba clarísimo: positivar el arte urbano. El detonante, más. La asociación Difusor nació en el 2007 como respuesta a la ordenanza cívica, que castiga la realización de grafitos con multas de entre 750 y 3.000 euros, o con trabajos para la comunidad o la obligación de participar en algún taller si los infractores son menores, lo que sucede con frecuencia.«Es irónico, porque se ha dado el caso de chavales a los que han castigado haciéndoles participar en talleres... ¡de grafito!»,cuenta Xavier Ballaz, uno de los fundadores de la entidad, cuya misión es hacer de puente entre artistas y administración.«Intentamos abrir vías de diálogo, buscar espacios en los que los artistas puedan trabajar»,sintetiza Ballaz.

Establecer esos puentes no siempre es fácil. Más bien todo lo contrario. La semana pasada, sin ir más lejos, en el marco de la celebración de una conferencia internacional sobre el grafito en Barcelona, las asociaciones de vecinos y comerciantes de Sant Antoni y Difusor acordaron una colaboración para que un grupo de artistas urbanos pintaran el muro provisional del mercado o, en su defecto, alguna otra pared del barrio previamente pactada, como algún interior de manzana, pero el distrito del Eixample les negó los permisos.«Estamos totalmente en contra de los que ensucian las paredes con garabatos, pero nos pareció una buena idea la propuesta de Difusor de ofrecer ciertos muros para que los pinten profesionales. Es más, es una buena manera de evitar que las pinten los gamberros», apunta Toni Sánchez, vicepresidente de la asociación de vecinos de Sant Antoni. Fuentes municipales defienden que«el Eixample es un distrito muy denso y consolidado que cuenta con una ordenanza para la conservación de fachadas que regula muchos factores, entre ellos los colores que se pueden usar».Las mismas fuentes aseguran que entre enero y julio de este año se han limpiado la escalofriante cifra de 258.336 metros cuadrados de paredes de pintadas, a lo que se dedica un presupuesto anual de cuatro millones de euros. En cuanto a las multas, en lo que va de año se han puesto 242, lo que supone casi una denuncia diaria de media.

Pese a las negativas y la persecución, los miembros de Difusor no se rinden.«Se trata de llamar a muchas puertas. Cada distrito es distinto»,prosigue Ballaz. Horta-Guinardó, distrito con gran tradición grafitera, por ejemplo, cedió a la entidad una pared del parque de las Aigües de más de 200 metros. En dos años, la entidad gestionó 400 permisos. Pero el año pasado con la reforma del parque tuvieron que dejarla.«La idea es seguir modelos de éxito como estos. Paredes donde todo el mundo sepa que se puede pintar»,insiste Ballaz.