exposición .LA MEMORIA HISTÓRICA DE LA PLAZA REIAL

De limpiabotas a mago

La Fundació Setba acoge 'La magia de la Reial', que descubre la historia de Fructuós Canonge, un lustrador de zapatos que llegó a convertirse en famoso prestidigitador.

Arriba, la silla y la caja del limpiabotas en la muestra. Abajo, obras de Isao y fotografía de Fructuós Canonge.

Arriba, la silla y la caja del limpiabotas en la muestra. Abajo, obras de Isao y fotografía de Fructuós Canonge.

BLANCA ESPACIO
BARCELONA

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Todo comenzó con una silla de limpiabotas de finales del siglo XIX. Apareció en el sótano del edificio que ocupa la esquina de la plaza Reial con la calle de Colom, durante las obras que convertirían ese inmueble en el Hotel DO. La silla fue a parar a la Fundació Setba, comprometida en la tarea de recuperar la memoria histórica de la plaza. Unos años y varias pesquisas después, la silla es el origen y leitmotiv de La magia de la Reial, una exposición que descubre la historia de Fructuós Canonge, lustrador, vendedor ambulante de betún y prestidigitador.

Cada otoño, desde el 2012, la Fundació Setba descubre la historia de alguno de los establecimientos de la plaza Reial y, tirando del hilo, de la gente del barrio, los artistas, los vecinos. La primera exposición, la del 2012, fue La memoria de la plaza. La segunda (2013) rindió homenaje a la mítica tienda El Taxidermista, hoy un restaurante. La tercera, De La Vanguardia al Sidecar (2014), recordó el lugar donde estuvo ese diario, un bar frecuentado por marineros de la Sexta Flota y un local punk.

La magia de la Reial, que ocupa la sede de la fundación hasta el próximo enero, desentierra las memorias del Hotel DO y, con ellas, la historia de Fructuós Canonge (1824-1890), que tenía su silla de limpiabotas delante del edificio, puerta de entrada a la plaza desde la Rambla y donde todavía puede verse la placa restaurada de Limpiabotas Canonge.

Nació en Montbrió del Camp, aterrizó en Barcelona como inmigrante y dio lustre a los zapatos ajenos mientras entretenía a la clientela con juegos de manos. Autodidacta de la magia, llego a convertirse en un ilusionista de prestigio en Europa, donde era conocido como El Merlín español, y fue nombrado caballero por la corte de Isabel II.

La silla original del mago limpiabotas y su caja de lustrador son las piezas principales de la exposición, que incluye también carteles antiguos y materiales para trucos de ilusionismo cedidos por El Rei de la Màgia, fotos de la época y una zona en la que cinco artistas contemporáneos -Isao, Ramon Enrich, Carles Pujol, Patricio Reig y el ya fallecido Joan Brossa- exhiben obras que se inspiran en la magia. La muestra se completa con una ruta por 14 locales de la plaza que exhiben 14 obras creadas a partir de una caja de magia.