La adaptación gradual de un modo de transporte sostenible

Las trampas de la bici

Otro clásico de las infracciones: pedalear hablando por el móvil.

Otro clásico de las infracciones: pedalear hablando por el móvil.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Perdona, sabes que no puedes usar auriculares mientras vas en bici?». «Bueno, sí, creo que sí, pero tampoco molesto a nadie, ¿no?». Álvaro es usuario del Bicing y tiene 27 años. Deja el aparato en una estación de Arc de Triomf y admite que conoce la norma. «Todo el mundo los lleva, no me había planteado que pudiera ser peligroso». Sus palabras bastan para entender la tesis de este artículo: muchos ciclistas de Barcelona apenas saben algo del código de circulación, y en caso de tenerlo en mente, consideran que ningunearlo no conlleva riesgo alguno. Lo corrobora la Guardia Urbana, que ha notado «mucho desconocimiento» a la hora de reclamar actitudes básicas.

Bastan un par de horas de observación para darse cuenta de que no hay más desgracias porque alguien ahí arriba mueve los hilos con mucho cariño hacia la capital catalana. Lo más habitual es ir escuchando música, con casos sangrantes como los jóvenes que usan esos auriculares inmensos que se utilizan para grabar discos. Carles Reyner, intendente y portavoz de la policía local de Barcelona, admite que el papel de la autoridad es a día de hoy «hacer más pedagogía y no tanto imponer sanciones». Los datos así lo corroboran. El año pasado, la Urbana recetó 1.601 multas a ciclistas por no respetar un semáforo en rojo. Pueden pensar que son muchas, y que a razón de 200 euros por sanción el ayuntamiento hace el agosto a costa de la bici. Noten que son solo 4,3 por día. ¿Cuántos ciclistas ven ustedes obviar la señal cada día? Un montón. Lo mismo pasa con los que escuchan música. En el 2010, solo 333 amonestados. Seguro que también están hartos de verlos en los semáforos balanceando la cabeza con ritmo.

USUARIOS 'AMATEURS' / Reyner reconoce con la boca pequeña que los usuarios del Bicing son más tramposos que los que disponen de bici particular. La razón la encuentra en el concepto de propiedad. «El problema es que la bici no es suya, y este detalle hace que tengan algo menos de cuidado, que sean ciclistas másamateurs»,sostiene. El portavoz de la Urbana, que recuerda que los accidentes con ciclistas implicados «suponen un porcentaje muy pequeño del total de siniestros de la ciudad», abunda en el hecho de que muchos usuarios piensan que ir en bici «es lo mismo que ir a pie». «Es un tema cultural. Muchos no se dan cuenta de que es un vehículo que debe respetar las normas para evitar los peligros a los que se enfrentan».

Joan Valls, presidente del Bicicleta Club de Catalunya (BACC), considera que hay «una cierta relajación en cuanto a la disciplina vial», pero no solo los ciclistas, también entre los que van en moto, coche... En lo que respecta al ciclista, y en particular el Bicing, Valls es de los que opina que hacen falta «cursos de formación gratuitos y voluntarios». Podría pensarse que esta formación le saldrá por un ojo de la cara al ayuntamiento, pero el presidente del BACC cree que si el ciclista aprende a circular bien, el consistorio «no tendría que pagar tanta prima al seguro» que tiene contratado la bici pública que cada año araña 15 millones a las arcas municipales. Reyner también apuesta por la opción de la formación y desempolva un viejo proyecto de «introducir una asignatura de educación vial en las escuelas», una herramienta que iría más allá de los cursos esporádicos que la Urbana organiza en las escuelas de toda la ciudad desde hace 50 años.

¿MULTAS A DISCRECIÓN? / A principios de los 90 se implantó el uso obligatorio del casco en la moto. Reyner recuerda que se hizo una campaña brutal, incluidas multas a discreción, para que los pilotos tomaran conciencia del asunto. Al final, resultó, y hoy es casi imposible ver alguien con la melena al aire dando gas por Barcelona. ¿Tendría el mismo efecto una campaña de sanciones a ciclistas? El portavoz de la Urbana se lo piensa y se decanta por el «no». Razona que «todavía hay recorrido para que la ciudad se adapte a la bici» e insiste en la necesidad de seguir con la «pedagogía y los avisos».

Valls cree que no se puede ser «tan laxo» con las normas. Sin llegar a pedir controles en cada esquina, pone el ejemplo de los auriculares. «Si no oyes, no ves nada. Escuchar música mientras pedaleas es algo que no debe permitirse porque necesitas saber qué elementos tienes a tu alrededor». Algo de caso le han hecho: en el primer semestre de este año ya se han impuesto seis multas más por este concepto que en todo el 2010.

«Insisto: educación. Es la única manera de evitar más accidentes con bicis implicadas», concluye.