Las raíces del deporte

Los lazos que unen a la capital catalana con las prácticas deportivas son mucho más lejanos que la celebración de los Juegos Olímpicos del 92. Ya por aquel entonces Barcelona acogía eventos deportivos de todo tipo y muchos habitantes se complacían ejerciendo actividades físicas durante sus ratos libres. Aun así, la mentalidad de la sociedad iba por delante de los avances técnicos y muchos deportistas profesionales y aficionados creían que la ciudad tenía que modernizase mediante la construcción de nuevos equipamientos. Ahora este debate es recuperado por el Museu Olímpic y de l'Esport Joan Antoni Samaranch gracias aEl deporte y la ciudad,una retrospectiva gráfica de la obra del estudio de diseño Villuendas y Gómez que pretende recordar los tiempos pre- y posolímpicos.

En las paredes que albergan la exposición, el visitante puede contemplar decenas de carteles que ilustran y representan momentos cumbres de la historia deportiva barcelonesa, como la construcción de las instalaciones del Estadi Olímpic de Montjuïc, la realización de los Juegos Paralímpicos, las primeras carreras populares, la presentación de escuelas de iniciación deportiva, la organización de juegos olímpicos municipales, la tradición de las marchas atléticas en el Baix Llobregat, los primeros carteles de promoción deportiva o la pancarta conmemorativa que se elaboró para el primer aniversario de los Juegos Olímpicos.

Además, el público puede ver todo tipo de curiosidades como un tándem para 12 personas, calendarios del mágico año fabricados expresamente por el Ayuntamiento de Barcelona, sellos olímpicos o abonos de transporte para familias con ilustraciones de edificios y monumentos emblemáticos.

LOS ORÍGENES/ Como complemento a los elementos cromáticos, los muros del espacio también están repletos de descripciones y explicaciones que sirven para subrayar la importancia de las imágenes expuestas y para narrar la evolución de la concepción deportiva a lo largo de casi tres décadas. Durante los años 80, antes del acontecimiento mundial, el patrimonio público deportivo se hallaba en una situación deplorable. Pero después de la celebración, el panorama cambió radicalmente. Las escuelas implantaron programas para ejercitar el cuerpo y proliferaron los pabellones y las instalaciones de calidad. Aunque todas estas transformaciones no hubieran sido posibles sin el apoyo manifiesto de una gran parte de la sociedad.

Museu Olímpic y de l'Esport. Av. del Estadi, 60. Entrada gratuita. Horario: de martes a sábado (10-18h), domingos y festivos (10-14.30)