La evolución de una calle emblemática

Las 'nuevas' estatuas reavivan las dudas sobre el cambio de la Rambla

LAS ELEGIDAS 3 Algunas de las 30 estatuas humanas que, por su calidad artística, han pasado el proceso de selección municipal, y permanecerán de forma legal en los nuevos 15 puntos autorizados para esta actividad en la Rambla a partir de hoy.

LAS ELEGIDAS 3 Algunas de las 30 estatuas humanas que, por su calidad artística, han pasado el proceso de selección municipal, y permanecerán de forma legal en los nuevos 15 puntos autorizados para esta actividad en la Rambla a partir de hoy.

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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Que la calidad artística de muchas de las decenas de estatuas humanas que pueblan la Rambla es más que dudosa, salta a la vista. La manera cómo el ayuntamiento ha decidido reordenar a partir de hoy esta actividad -primer paso a la anunciado esponjamiento del emblemático y castigado paseo para garantizar la movilidad y ganar espacio para el peatón- ha creado cierto malestar entre los rambleros. Para muchos -de restauradores a paradistas-, las estatuas son -como los ahora agónicos puestos de pájaros- uno de los polos de atracción del paseo, «que tiene problemas mucho más importantes, como los trileros y los carteristas», afirma un paradista.

La ordenación de esta actividad es una de las muchas que está impulsando el ayuntamiento, en ocasiones sin consenso, para tratar de mejorar su calidad (ver despieces).

A partir de hoy, el paseo contará solo con 30 estatuas, divididas en turnos de mañana y tarde, en los 15 puntos debidamente delimitados. El resto, hasta un centenar que en fechas punta se gana la vida en el paseo, deberá irse, tras no ser seleccionados en el concurso anual convocado por el distrito. «Es injusto que personas que no han trabajado nunca en la Rambla tengan plaza, y muchos que estamos aquí de toda la vida nos quedemos fuera», lamenta Esperanza Ramos, la célebre Cleopatra de la Rambla desde hace 16 años. «Está claro que ninguno de aquí somos artistas de cine. Si lo fuéramos, ¿crees que estaríamos aquí aguantando el frío, el sol y la lluvia?», prosigue Cleopatra, ironizando sobre las bases del proceso de selección, en el que había que presentar alguna titulación en estudios de arte. En principio, ayer debía ser su último día, pero hoy volverá. «Vendré hasta que la policía me expulse», afirma.

MUCHAS CARAS NUEVAS / Fuentes municipales defienden que el proceso de selección ha sido transparente. Era un concurso abierto, con lo que no era un requisito indispensable la experiencia previa en el paseo.

El búlgaro Iliya Zlaeter lleva cuatro años siendo el Charlot de la Rambla. Tampoco ha sido seleccionado. Como Ramos, hoy volverá. «Estás en la calle y te echan», lamenta Zlaeter, quien pide alternativas. «Lo que no puede ser es que no nos den ninguna alternativa. Solo pedimos un lugar donde trabajar. Si no puede ser en la Rambla, porque no cabemos, que busquen otras zonas, en la Sagrada Família o en el parque Güell», propone este padre de familia, quien asegura que, si no le dejan trabajar en el paseo, se seguirá vistiendo cada día de Charlot y se colocará de forma pacífica frente al ayuntamiento, casi como una especie de cobrador del frac, hasta que le den una solución.

Un total de 24 de las 52 estatuas presentadas que han quedado fuera de la selección se han unido para presentar una demanda. Les ayuda el abogado Raul Soldevila, activista en pro de los derechos humanos, quien representa a las estatuas humanas de forma gratuita. «La normativa está mal regulada. Deja a unos dentro y a otros fuera, pero los que tienen permiso siguen trabajando en negro», apunta el abogado, quien también pide la recolocación de losartistasdamnificados.

«PATADAS DE AHOGADO» / Como no podía ser de otra manera, la percepción de los elegidos es muy distinta. «Como se dice en mi país, esto son patadas de ahogado», asegura William, colombiano, uno de los 30 seleccionados, comoDragón de Barcelona.

En principio, hoy no se multará a las estatuas irregulares. La guardia urbana informará a las no regladas de que no pueden estar allí y las «invitará» a irse, pero habrá un primer periodo de «flexibilidad». Si reinciden -como muchas afirman que harán- llegarán las multas. De momento, se trata de una prueba de un año. Durante este tiempo se verá cómo funcionan los 30 elegidos -un mes por la mañana y un mes en el turno de tarde- y el año próximo se abrirá otra convocatoria.