Las Glòries entran en el túnel

La maquinaria pesada toma de nuevo la plaza de las Glòries. Tras la desintegración del denostado tambor y de diversas obras previas, hace pocos días se ha empezado a arañar con fuerza el temido subsuelo barcelonés. Se trabajará bajo el nivel freático para abrir el primer tramo del túnel que engullirá la Gran Via. Con una Sagrera que el Estado mantiene sin vida y una L-9 cuyo tramo norte  la Generalitat también ha paralizado, esta es la mayor obra civil. Vuelve un paisaje de máquinas enormes inédito desde el estallido de la crisis. Y lo hace al mismo tiempo que el nuevo gobierno de Barcelona en Comú (BC) se replantea esas inversiones viarias.

La prevista, y exigida por vecinos y entidades, segunda parte de la galería hasta la rambla del Poblenou está sobre la mesa de la teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz. Su objetivo es cumplir y aplicar el pacto unitario del Compromís per les Glòries del 2007, pero ahora y hasta el 2017, cuando acabará el proyecto actual, se estudiarán opciones para redistribuir y bajar el tráfico de la Gran Via, y ver si es necesario mantener la segunda obra.

    Gerardo Pisarello, teniente de alcalde de Economía, aludió igualmente a esa posible reconsideración cuando presentó hace poco la propuesta de los primeros presupuestos de BC para el 2016. Sanz lamenta que deban asumir la mayor parte del gasto de una galería empezada en el anterior mandato: "CiU solo anotó 15 millones, la parte principal se cargará al año que viene y al 2017".

60 MILLONES

La inversión será importante aunque bastante inferior a la prevista. Los primeros 508 metros subterráneos en ejecución entre las calles de Padilla y Ciutat de Granada se adjudicaron en febrero por 60 millones, una reducción del 25% sobre los 80 de la licitación. El coste del segundo tramo de 449 metros hasta la rambla del Poblenou debería ser más bajo por su menor profundidad (10 metros) y complejidad técnica al no tener que pasar, como su predecesor (25 metros), bajo los cuatro túneles de metro y tren de la plaza.

    El consensuado Compromís per les Glòries del 2007 incluye muchas cosas y hacer el segundo túnel puede ser una hipoteca para los equipamientos previstos. "No tenemos todo el dinero. También en La Sagrera, por ejemplo, falta inversión", argumenta Sanz. "Hay que reducir el vehículo privado y aumentar con más intermodalidad el transporte público", declara.

    El objetivo para toda la ciudad del plan de movilidad urbana es bajar los desplazamientos en coche del 52% al 42% en el 2018. El estudio que se realizará en Sant Martí arrojará luz sobre la Gran Via y las Glòries. El desarrollo, complejo, de las supermanzanas, zonas de tráfico interior restringido y circulación periférica, también debe contribuir a racionalizar la movilidad, recuerda Sanz, que cita asimismo el plan de pacificar la Meridiana o de reducir el impacto de la Ronda de Dalt.

    "No es lógico que el coche se lleve siempre las grandes inversiones. Pero si en estos dos años y con los estudios encargados no vemos posible reducir su presión, no tocaremos el plan de las Glòries", reconoce. Previsiones del área de Movilidad hechas antes de adjudicar el túnel  indicaban que la velocidad por la Gran Via era de 36,7 kilómetros por hora por la superficie y de 40,4 con el túnel de tres carriles por sentido abierto. 

ENLACE POR CARTAGENA

La llegada del tranvía por la Diagonal hasta conectar con el Trambesòs frente a los Encants debería dar un gran impulso al intercambiador del metro, el bus y la bici. El proyecto de parque Canòpia Urbana ganador del concurso para urbanizar la plaza ya prevé ese enlace siguiendo la traza de la calle de Cartagena en un tramo de apenas 200 metros. "CDC se equivoca al rechazar el tranvía y pensar únicamente en el bus eléctrico por la Diagonal. Solo ve los viajeros internos de Barcelona, no los del Baix Llobregat o el Barcelonés Nord", razona.

    Mientras, estos días, muros de hormigón empiezan a contener ya el suelo en la rampa Llobregat y en pozos del centro de la plaza. Allí se excavará con el sistema de mina.