Las compras más líricas en la 'Shopping night' de Barcelona

El ambiente de tiendas festivo en la 'Shopping night' de Barcelona. ALBERT BERTRAN

El ambiente de tiendas festivo en la 'Shopping night' de Barcelona. ALBERT BERTRAN / periodico

PATRICIA CASTÁN / Barcelona

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Música, copas, fiestas, moda y compras se aliaron esta noche del jueves en el paseo de Gràcia de Barcelona para abrir la veda de la temporada navideña con cierta euforia. Lo que en cuatro años ya ha cuajado como tradición local, la 'Shopping night' vuelve a ejercer de catapulta para sacar a los barceloneses de casa en una noche llena de actividad y que devuelve el pulso a una ciudad en tiempos de crisis. No habrá balance de ventas hasta dentro de unos días, pero el objetivo esencial, la promoción del paseo y sus negocios, el reencuentro con barceloneses que creen que ese eje de oro es coto turístico, se cumple sobradamente pese a los problemas organizativos y a un corte de luz en el tramo central que empezó hacia las diez de la noche.

Desde media mañana camiones y grúas habían tomado los tramos cerrados al tráfico, de Rosselló a Mallorca (incluida Provença), y de Gran Via a ronda de Sant Pere para levantar las carpas y espacios que por la noche se convirtieron en escenarios principales de una velada de compras que este año se inspiró, estética y artísticamente, en la ópera, y en el recuerdo de Verdi y Wagner con motivo del bicentenario de su nacimiento. Un montaje que va creciendo año tras año en actividades y que contó con el apoyo de seguridad de 80 mossos y guardia urbanos desplegados en la zona, aunque se echaron de menos más cortes de tráfico para canalizar los ríos de gente.

Las tiendas

Entre los casi 90 establecimientos participantes (una cifra estabilizada), la mayoría han sido tiendas (61), sobre todo para el gran público (Mango, H&M, Zara, Benetton, Bimba&Lola, Sony, Nespresso, Intimissimi...), con escasísima presencia de negocios de lujo, entre los que destacaron Tiffany&Co y Santa Eulàlia. El carácter histórico de esta última y su implantación entre la clientela local hacen que la casa convierta la cita en una celebración para sus visitantes. Un total de 16 restaurantes han ofrecido menús especiales o a precios algo más ajustados o han tenido algún pequeño detalle con sus clientes, mientras que 11 hoteles aportaron cócteles y degustaciones gratuitas o a precios solidarios, como el tradicional caldo que sirvió Carme Ruscalleda a las puertas del Mandarin Oriental.

Colas

Las colas se repitieron ante toda la oferta gratuita, como las más de 1.000 pizzateguis y mini hamburguesas repartidas desde el puesto de Martín Berasategui ante el Hotel Condes de Barcelona, donde tiene restaurante, o frente al Majestic, que distribuyó un millar de copas de cava y tapas de Nandu Jubany, su chef estrella. Este hotel se ha convertido, por iniciativa particular, en gran protagonista de la noche con las dos actuaciones desde los miradores de su fachada de un tenor y una soprano del Conservatori del Liceu, que hicieron cantar el brindis de La Traviata a los cientos de embelesados congregados. Fue un momento mágico en una noche con más discjockeys en las tiendas y estands que ópera.

Exhibiciones

Exhibiciones hípicas en el tramo de Rosselló y desfiles de Modafad en el de Gran Via fueron los actos para el gran público, aunque en la práctica todo el mundo se entregó a recorrer el paseo y curiosear. Algunos se quejaron por los estands de acceso restringido a invitados, que limitaban la oferta. Otros optaron por imponer precios simbólicos de aperitivos y cañas para frenar la marabunta. En el estand de Quesos de Suiza el chef Carles Gaig cocinó para algunos invitados y para el público ganador de un concurso desde su web, mientras la firma despachaba quesos a la multitud. En paralelo, algunos miles de invitados accedieron a otro espacio festivo, en el Palau Robert, donde la discoteca Sutton puso la banda sonora.