UN VECINO DE CIUTAT VELLA... Juli Capella, arquitecto

Juli Capella, arquitecto: «El nombre del Raval no es histórico, tiene solo 30 años»

El proyectista de obras como el hotel OMM, el Heron City o el jardín vertical que viste toda una pared de la avenida de Tarradellas, entre Marquès de Sentmenat y Ecuador, es del Raval. Hasta los 20 años vivió en el 10 de la calle de la Riera Alta.

Juli Capella, frente al edificio de la Escola Massana, cuyos profesores de diseño le sugirieron reorientar su carrera.

Juli Capella, frente al edificio de la Escola Massana, cuyos profesores de diseño le sugirieron reorientar su carrera.

CARME ESCALES
BARCELONA

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"El nombre de Raval es un invento de los años 80", precisa el arquitecto Juli Capella (Barcelona, 1960), antes de continuar hablando del barrio en el que vivió hasta los 20 años y al que realmente siente que pertenece dentro de la ciudad. "Nunca nos habíamos referido a él como el Raval. Oficialmente era el distrito quinto, y más popular, y peyorativamente, era el barrio chino. Aunque generalmente indicábamos dónde vivíamos diciendo Casc Antic o Ciutat Vella", puntualiza Capella.

Fue el gobierno democrático de la ciudad quien bautizó a ese fragmento ancestral de ciudad con el nombre de Raval. "Sí que tiene sentido, porque viene de los arrabales, donde había campos y fábricas, en las afueras inmediatas de la ciudad amurallada -actual Gòtic-, por lo tanto, el nombre esta muy bien hallado, pero no es histórico, tiene 30 años de vida",explica el arquitecto.

Juli Capella vivía con su familia en un piso en el número 10 de la calle de Riera Alta. "Hasta que, la Navidad de 1979, nos tocó el Gordo de la lotería. Y mis padres vieron la oportunidad de salir de un barrio que, en aquel entonces, estaba mal visto y degradado", rememora. "Los cinco millones de pesetas de la época que nos tocaron era, ni más ni menos, lo que valía un piso entonces. Lo compraron en el Eixample", indica.

Ramblear como mimos

La familia emigró al Eixample, pero conservaron el piso de Riera Alta. Juli Capella, su hermano mayor y sus tres hermanas, se servían de él. "Era el piso de la farándula y la bohemia, y lo disfrutamos mucho", rememora. "Yo hacía teatro con unos amigos. Eramos siete u ocho y nos dedicábamos a ramblear haciendo mimo. Veníamos al piso a cambiarnos. Para alguien de nuestra edad, aquel piso y todo el barrio, tenía un glamur especial", añade.

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Pero de la Rambla, Capella también recuerda otros momentos que no fueron tan agradables como sus espectáculos de mimo. "Guardo una pelota de goma que me llegó de rebote en una manifestación -dice-. Se la daré a mis hijas para que se acuerden de una época, y de la conciencia social del Raval".

Lo que el Gótic no quería

En una hoja de libreta, sobre la mesa de uno de esas cafeterías modernas de la calle del Carme, Juli Capella comienza un dibujo. Es Ciutat Vella. A la derecha, el Gòtic y el recuerdo de las murallas que cercaron el origen de la ciudad. A la izquierda, ese extrarradio hoy llamado Raval, que absorbía todo lo que podía ocasionar problemas a la ciudad. "Acogió el gran hospital -donde falleció Antoni Gaudí-, fábricas de fundición e hilaturas, huertos que alimentaban a la ciudad, putas... Todo lo que no querían en la parte noble -el Gòtic- venía al Raval", señala el arquitecto del hotel Omm, el complejo comercial Heron City y la pared ajardinada que embellece un edificio entre la avenida de Tarradellas y las calles Ecuador y Marquès de Sentmenat. "El Raval siempre ha sido el barrio servidor de la ciudad", sentencia Capella.

Lo que hoy es el CCCB, fue la Casa de la Caritat. "Y en el Raval también nacieron los primeros movimientos obreros", dice. Él mismo pintó con espráis gritos de democracia desde la sede clandestina de la ORT a la que estuvo afiliado.

"Claro que el mejor chucho de la ciudad también está en el Raval, (pastelería Lis, Riera Alta, 19)", dice. "Los bocatas del Fidel (Ferlandina, 24) son la bomba y el teatro Llantiol (Riereta, 7), es mítico. Todo eso también lo he disfrutado", señala el expresidente del FAD que en el Convent dels Àngels celebró el Any del Disseny, en el 2003.