Javier Martín Vide: "Debemos apostar por alternativas energéticas"

La temperatura de la atmósfera y los océanos ha aumentado de forma significativa en las tres últimas décadas. Como consecuencia de este calentamiento, los glaciares del planeta han retrocedido y ha subido el nivel del mar. «El motivo principal es el consumo abusivo de carbón, petróleo y gas natural. Nos ha ido muy bien para el desarrollo industrial pero los residuos son muy nocivos y debemos apostar por alternativas energéticas». Esta frase es del doctor en geografía e historia Javier Martín Vide, nombrado recientemente coordinador del Observatorio Metropolitano del cambio climático.

Martin Vide, miembro del Grup d'Experts en Canvi Climàtic de Catalunya (GECCC), hace un llamamiento a los pequeños gestos de la ciudadanía pero también a la voluntad política.

-¿La gente es consciente del progresivo calentamiento global?

-El cambio observado a nivel planetario desde mediados del siglo XIX es de 0,85 grados centígrados, y parece poco, porque es casi imperceptible. A los ciudadanos es difícil hacerles entender la importancia de este calentamiento cuando apenas lo notan en su piel. A nivel global, planetario, deben saber que se trata de un cambio muy sustancial. Las últimas tres décadas han sido sucesivamente cada vez más calientes que la anterior, y de forma muy clara.

-¿Estamos informados?

-Hoy en día hay muchos canales de difusión, los propios medios de comunicación, por ejemplo, pero en algunos caso se informa de una manera algo catastrofista. Luego hay imágenes mentales que debemos combatir, ideas equivocadas, como eso de que cada vez llueve menos.

-No le gustan los mensajes apocalípticos.

-Me alejo de todas las campañas catastrofistas, como aquellas de tráfico que muestran un cuerpo seccionado tras un accidente. Al principio te encoge el ánimo y durante un rato irás a 40 kilómetros por hora, pero luego se diluye. Debemos ser más inteligentes y sutiles. Si dices que un enfermo morirá, no haremos nada. Seamos un poco más positivos.

-Pero el proceso es irreversible.

-Hagamos lo que hagamos, el planeta seguirá calentándose durante unas décadas. Pero debemos hacer que el cambio sea el mínimo posible. El planeta se comporta como un transatlántico, y si llega a puerto con una trayectoria errada no podrá virar en el último minuto y se empotrará contra el muelle porque lleva mucha inercia. Debemos mitigar lo que hicimos mal décadas atrás…

-Minimizar nuestro impacto en el futuro.

-Sí. No podemos seguir así. Aunque hay mucha incertidumbre sobre los efectos futuros, tenemos muchos estudios y datos que nos demuestran que no podemos seguir con un modelo energético basado en el carbono, un modelo económico basado en la energía fósil … Las pregunta es: ¿quién pone el cascabel al gato?

-Entre todos.

-Sí. Cada uno, en cada acción, tiene una pequeña responsabilidad. Pero sin la voluntad política, las cosas no podrán cambiar. Tenemos muchas esperanzas en una reunión internacional que tendrá lugar en Paris en el 2015.  Allí se intentará aprobar algo así como la continuación del protocolo de Kyoto. Esperamos que tire adelante y sea algo vinculante, para que no se quede en papel mojado.

-A nivel energético, ¿podríamos hacer mucho más?

-Existen elementos inquietantes: España tiene mucho recurso solar, directo e indirecto como es la energía eólica. Pero falta apostar claramente por estos recursos. Con decisión. España como Estado paga una factura elevadísima por importar combustibles fósiles, es muy dependiente energéticamente de otros países.

-¿Podríamos independizarnos energéticamente hablando?

-Está por ver, pero tenemos más de 2.300 horas de sol al año de promedio en Barcelona, por ejemplo. Apoyemos más todo esto, descarbonicemos nuestra economía. Falta mucho por hacer en esta línea.

-¿Hay voluntad política?

-El problema es que el político rinde cuentas cada cuatro años, pero la problemática del cambio climático es un problema sin fin, y que ya tenemos encima. Las peores consecuencias no las veremos y el ciudadano tiene otras necesidades ahora más urgentes.

-La crisis económica. 

-Sí. Los tiempos de crisis, a priori, no favorecen la toma de decisiones contra el cambio climático porque preocupa mucho más qué comerás cada día. Pero, por otra parte, son tiempos de oportunidad, tiempos para reflexionar y empezar a optar por algo que a la larga será más barato. Cada año que pasa sin tomar decisiones es elevar las facturas del país…

-Ahora reciclamos más.

-Sí, y el área metropolitana de Barcelona presenta unos consumos de agua mínimos, ejemplares para las grandes capitales europeas. La crisis, más que ayudar al ecologismo, obliga a tomar otras direcciones. El AMB, con esto de crear el observatorio del cambio climático y ofrecer recursos para la realización de varios estudios, está tomando una dirección muy interesante.

-¿Qué más puede hacer la gente?

-Volver a hábitos tradicionales, que probablemente eran mucho más sostenibles. Como apagar la luz, cerrar el agua mientras nos enjabonamos...  Entre todos, entre los 7.200 millones de habitantes del planeta, conseguiremos algo.

-El AMB ha hecho mucho por la conciencia ecológica.

-No solo eso. El actual Pla de Sostenibilitat del Àrea Metropolitana de Barcelona (PSAMB) es un plan muy interesante y ambicioso, y el GECCC hemos colaborado en los primeros borradores. También destacaría el plan de gestión de residuos del AMB, muy relacionado con la lucha contra el cambio climático, pues ha convertido la Barcelona metropolitana en una ciudad modélica. O la gestión del agua pues, a pesar de vivir en país con sequías recurrentes, ofrece muy buenas garantías de suministro.

-¿Qué otras cosas podemos hacer a corto plazo?

-Ya se están poniendo facilidades al ciclista y se ha potenciado mucho el transporte público, por ejemplo, aunque creo que el principal elemento que debemos cuidar es el peatón. En cualquier caso, cualquier medida debe estar muy estudiada. No pueden hacerse cosas cara a la galería. W