UN ESPACIO HISTÓRICO REMODELADO

El jardín romántico de Ladislao Kubala

El gran futbolista alquiló la Torre Amat, un palacete modernista de Sarrià, cuando fichó por el Barça

Recital 8 La música en directo es uno de los encantos de la Torre Amat.

Recital 8 La música en directo es uno de los encantos de la Torre Amat.

C. S.
BARCELONA

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Podría ser una casa de primavera del gran Gatsby, el misterioso millonario creado por Francis Scott Fitzgerald. Las paredes de la Torre Amat saben muchos secretos de la Barcelona de finales de siglo XIX y de la del convulso siglo XX.

Primero fue la vivienda del marqués de Foronda, el primer presidente y fundador de la compañía de ferrocarriles de la capital catalana y director y comisario regio de la Exposición Internacional de 1929. Después la adquirió la familia Amat, que durante 10 años la alquiló a Ladislao Kubala, justo desde 1951, cuando fichó por el Barça.

El mítico futbolista se enamoró de este palacete modernista de la calle de Duquesa d'Orleans, paralela a Major de Sarrià. En especial de la luz de la glorieta desde donde se contempla el romántico y cuidado jardín de 500 metros cuadrados de naranjos, limoneros, hibiscos y laureles. De esas escaleras con barandilla de hierro forjado que dan al eden donde Kubala enseñaba a dar los primeros pases a sus hijos Ladislao y Carlos. El delantero se marchó a principios de los años 60, cuando compró una casa en Pedralbes. Entonces Ana Quintana, la abuela Amat, montó una guardería, que durante 40 años acogió a los niños del vecindario.

Sus nietos, entre ellos Elsa Amat, decidieron hace tres años invertir en la remodelación del palacete y adaptarlo como espacio noble para acoger actos empresariales y fiestas privadas, en especial aniversarios y bodas. Hoy es una lujosa edificación de distribución modular de la que se aprovecha cada rincón. Dos de las amplias habitaciones que se arriendan rinden homenaje a sus célebres inquilinos. Una se llama Sala Kubala y la otra, Sala Foronda.

El precio aproximado de alquiler por una jornada alcanza los 1.500 euros, aunque los espacios se pueden contratar por separado, según el número de invitados.«Antes no se reparaba en gastos, ahora los presupuestos se miran con lupa», asegura Elsa Amat, que, como mánager, ha optado por no rebajar las tarifas de alquiler y aumentar el número de actividades culturales. Los conciertos de jazz en el jardín en primavera y en verano son un reclamo para los vecinos de Sarrià, que lo guardan como un preciado secreto para que no se llene y sea fácil encontrar una entrada.

Teatro y cóctel

Elsa Amat cuenta que acaban de iniciar un ciclo de teatro de pequeño formato.«Después servimos una cena tipo cóctel donde se puede disfrutar de la casa en un ambiente muy familiar». Otra propuesta está destinada a los niños, con espectáculos los fines de semana.

La torre también recibe peticiones de sesiones de fotos para agencias de publicidad, reuniones de empresas, catas de vino, desfiles de moda, comidas familiares y presentaciones de productos.«Somos una empresa joven. Estamos abiertos al diálogo, a adaptarnos y a innovar».