¿La inversión pública prima a este sector?

Entre las voces de alerta que más recientemente se han pronunciado en público para alertar de los daños colaterales del turismo se puede destacar, aunque solo sea por su voluntad provocadora, la de la filósofa Marina Garcés, que en una conferencia en el CCCB comparó la economía de Barcelona con la de las regiones sudamericanas teóricamente agraciadas con un gran yacimiento de recursos naturales. A lo que al otro lado del Atlántico sucede se lo ha bautizado como extractivismo. Una de sus características es que las autoridades locales creen allí que las inversiones públicas deben ir especialmente dirigidas a mimar a esa industria.

La cuestión es si Barcelona ha caído o no en ese error. Un argumento a favor del sí es que entre las prioridades de reforma urbanística impulsadas por el ayuntamiento están el paseo de Gràcia, la Diagonal, la marina de lujo y el Paral·lel.

De hecho, incluso las políticas de limpieza de la vía pública y de presencia policial en la calles priman los espacios turísticos por encima de las de algunos barrios, aunque solo sea por volumen de personas en la calle.