NUEVA MOVILIZACIÓN SOCIAL EN BARCELONA

Los inquilinos empiezan a organizarse para hacer frente a la burbuja del alquiler

BARCELONA MANIFESTACION

BARCELONA MANIFESTACION / periodico

HELENA LÓPEZ / BARCELONA

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Los motivos para explicar por qué se movilizan suenan a ‘déjà vu’. “Hemos llegado a un punto en el que el problema no afecta a grupos en situación de emergencia sino a toda la ciudadanía. Algo que afecta a todos los estratos sociales no es un problema de algunos, es un problema social”. Así definía las dificultades para acceder a la vivienda en el 2006 Noelia Rico, activista de la Asamblea Popular por una Vivienda Digna, que en diciembre de ese año sacó a la calle a miles de personas -7.000 según la guardia urbana y 25.000 según la organización- bajo el lema ‘No tendrás casa en la puta vida’. Una década más tarde sus pronósticos suenan, cuanto menos, actuales. Tanto que prácticamente las mismas expresiones expuestas por Rico son planteadas hoy por Marta Ill, miembro de Desllogades, colectivo nacido el pasado otoño para hacer 'agitprop' y “crear consciencia” sobre la burbuja del alquiler. “Coincide que quienes nos hemos unido para empezar con esto somos jóvenes, pero no se trata de un problema que afecte solo a los jóvenes”, enfatiza Ill al explicar quién son las 'desllogades'. Lo mismo explicaba Rico 10 años atrás. El contexto, obviamente, ha cambiado.

Pese a que el movimiento al que pertenece Ill llena -al menos por el momento- más las redes -@desllogades- que las calles, habla tras una pancarta en la manifestación del pasado 28 de enero convocada por la FAVB bajo el lema 'Barcelona no está venta', contra la burbuja inmobiliaria provocada por la turística, que en el 2006 aún no se vislumbraba. Mientras la joven explica que empezaron recopilando datos para visibilizar la situación (la pesadilla en la que se ha convertido alquilar un piso, en cifras), de fondo -esto es una manifestación-, se escuchan reveladores cánticos como “se va a acabar, se va acabar, dos fianzas por alquilar...”.  A la lucha por el derecho a la vivienda en esta ciudad no le ha faltado nunca originalidad (sobrevive en la memoria la heroína Súper Vivienda, ‘alter ego’ de la alcaldesa Ada Colau en su prehistoria).   

RESPUESTAS COLECTIVAS

Desde su perfil de Twitter difunden datos -desoladores- sobre el aumento del precio del alquiler en la capital catalana o los índices de emancipación juvenil. “De lo primero que nos dimos cuenta es de que la propiedad está mucho más organizada que los inquilinos y decidimos empezar a ponerle remedio”, prosigue lll. “Buscar respuestas colectivas”, decía Rico en la citada entrevista en el 2006.

Salva Torres, de la asociación 500x20, define esa organización de la propiedad como el "sindicato único de caseros", al que quieren hacer frente con el sindicato de inquilinos en cuya creación andan liadas varias entidades de la ciudad, entre ellas 500x20, asociación que lleva desde el 2006 tratando la problemática del alquiler en Nou Barris, cubriendo el vacío que dejaba la PAH, 'hija' de las citadas movilizaciones de V de Vivienda, y hoy también en la fundación del sindicato. 

ENTRA LA URGENCIA Y LA COINCIDENCIA

El primer movimiento para crear el sindicato de inquilinos se dio en paralelo a la creación de la Desllogades, -llámale coincidencia, llámale urgencia- también en otoño del año pasado. La semilla la plantó Observatori Desc con una reunión celebrada en La Violeta de Gràcia, a la que también estaba convocada la entidad de Torres, crítico con medidas bienintencionadas como las ayudas al alquiler. "Entendemos que hay familias que dependen de ellas, pero como medida estructural no hace más que inflar la burbuja", señala el activista. 

Participaron en esta reunión prefundacional, además de 500x20, activistas de la PAH, de la FAVB, de la CONFAVC o la Assemblea de Barris per un Turisme Sostenible (ABTS), una de cuyas principales batallas es evitar que el turismo expulse a los vecinos de los barrios vía alquileres inasumibles.

El sindicato nace con dos objetivos. Por un lado, hacer de loby -en la línea del 'agitprop' iniciado por Desllogades- y, por el otro, asesorar a los inquilinos sobre sus derechos menguantes, que luchan por incrementar. También en la memoria (histórica), la huelga de alquileres de 1931, documentada por Manel Aisa en un libro publicado por Virus.

Ponen sobre la mesa datos que, no por ya mil veces dichos, son menos alarmantes: más del 90% de los desahucios en Barcelona son ya pisos de alquiler. 

DESDE LA ÚLTIMA REFORMA DE LA LAU

Irene Escorihuela, directora del Observatori Desc, apunta que hace tiempo que veían que el tema del alquiler "poco a poco saldría". "En el 2013, con la reforma de la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), ya alertamos de que la reducción de los contratos a tres años dejaba desprotegidos a los inquilinos, pero entonces nadie nos hizo caso. A nadie le preocupaba el tema de los alquileres y nadie lo estaba trabajando [con la excepción de 500x20, pero lo hacía en un territorio muy concreto], por eso decidimos empezar a movernos", apunta.

"El objetivo ahora es movilizar a la gente menos politizada. Crear el sujeto inquilino", señala Ill, quien marca como diferencia de las movilizaciones del 2006 que entonces señalaban la crisis que estaba por venir, y ahora vivimos una "crisis cronificada". "La burbuja del alquiler, a diferencia de la de los bancos, no va reventar. Los precios muy probablemente seguirán subiendo, y eso está provocando un desplazamiento de la población", razona la joven.

"Hoy es evidente que es un tema que preocupa en la calle. Está en las conversaciones de la gente. El reto es tejer complicidades. Organizarnos. Es un tema con un gran potencial movilizador", añade Ill. Coinciden en el diagnóstico tanto Escorihuela como Torres. No por casualidad los tres andan dando forma al futuro sindicato, que presentarán en breve.