La indefinición del proyecto aumentó el coste previsto

La exposición Ciutats-Cantonades pretendía reflexionar sobre las ciudades como cruce de cultura, de comunicación y de intercambio. Se ubicó en el Centro de Convenciones y ocupó una superficie de 3.500 metros cuadrados. El principal proveedor fue la empresa Vitel, que se dedicó a la producción y operación técnica. La documentación de los contenidos corrió a cargo de la Universitat Politècnica de Catalunya. Los siete principales organizadores percibieron 2,4 millones de euros.

La Sindicatura apunta que el contrato inicial con Vitel determinaba que el precio máximo por su labor debía ser de 1,4 millones de euros, que se podría reducir para que coincidiera con el presupuesto real del proyecto, o bien, para que determinadas partidas se adjudicaran a terceros. No obstante, agrega el auditor, se hicieron cuatro añadidos al contrato por un importe de 268.100 euros por «falta de definición del proyecto ejecutivo y por ciertas partidas inicialmente no previstas».

El dictamen de la Sindicatura también apunta anomalías en el concurso para el transporte e instalaciones de obras de arte de tres exposiciones (Ciutat-Cantonades. Guerrers de terracota de Xi'an y La condició humana). Aunque el concurso estaba dividido en tres lotes (uno por cada exposición), el Fòrum  decidió hacer una valoración global que, junto con la modificación de determinados requisitos, «provocó una alteración muy significativa de la licitación pública». El dictamen agrega que determinadas adjudicaciones se hicieron de forma directa con criterios que a su entender eran dudosos.