Huerga filma la aventura espacial de López-Alegría

El primer español en surcar el espacio protagoniza 'Diario de un astronauta'

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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Michael López-Alegría se reserva unos minutos diarios para contar ante una cámara las sensaciones que tiene desde que en septiembre partiera a bordo de la nave rusa Soyuz TMA-9 hacia la Estación Espacial Internacional (EEI). Allí, a 400 kilómetros de la Tierra, permanecerá seis meses. En ese periplo, una de las pocas personas autorizadas por la NASA para acceder al e-mail del primer cosmonauta español es Manuel Huerga. Vía satélite, el cineasta irá recibiendo estas imágenes con las que compondrá un interesante experimento fílmico.

Diario de un astronautaes, para Huerga, una ocasión irrepetible de rendir culto a2001: Una odisea del espacio. La obra de Stanley Kubrick es su película preferida."Un tótem",según sus propias palabras."Este documental parte sin guión, pero las condiciones son fantásticas",considera el director deSalvador."A posteriori puedo elaborar, eligiendo las mejores escenas, pero no puedo dirigir. Es su vida en el espacio a lo largo de muchos meses. Eso no se ha hecho nunca",advierte el realizador de esta costosa filmación en la que participan tres productoras españolas: Bausan, Pentagrama y Mediapro.

La única sugerencia que le ha hecho a López-Alegría es que pensara en su hijo a la hora de explicar términos relacionados con el espacio. Nico tiene 10 años."Es un niño increíble. Muy especial. El código que se establece entre ellos es comprensible para cualquier terrícola. Sus conversaciones recuerdan a las de El pequeño príncipe",compara el director, a quien le interesa la cotidianidad del día a día, cuando él mira por la escotilla o habla con su compañero Mijail Tyurin."¿Cómo sonará allá arriba la música de Springsteen?",plantea como admirador incondicional delBoss.

Diario de un astronautaes una"home-movie"rodada en el espacio."O quizás una película indie".Su objetivo no es un documental científico."Quiero que llegue. Quiero emocionar con un relato sobre la sublimación del aventurero. Un viajero del espacio es el Magallanes o el Hernán Cortés del siglo XXI ".

La diversidad de imágenes, para que no en todos los planos aparezca López-Alegría, la marca el calendario de la actualidad informativa."Las noticias del día a día, seguro que se perciben de otra manera a 400 kilómetros de la Tierra".Otras secuencias que aparecerán son las sesiones de entrenamiento que se realizaron en el Centro Espacial de la NASA en Houston, el despegue desde Baikonur (Kazajistán) y el aterrizaje previsto para marzo.

Para el cineasta, tiene un gran valor estar allí arriba."No lo envidio. Sería incapaz. Seis meses dando vueltas no es un círculo. ¡Es una espiral! Además, la conquista del espacio me impone un gran respeto".Del protagonista destaca su tenacidad e idealismo."Es un personaje fascinante. Un astronauta no puede tener debilidades. Son personas con la cabeza muy bien amueblada. No se permiten crisis ni inseguridades. Tendrían que ser tan admirados como Tom Cruise",asegura.

Loris Omedes, directivo de Bausan Films, sintió un gran alivio el día en el que recibió la confirmación de la NASA, el permiso para que López-Alegría entrara una cámara en la EEI que captará 900 minutos de filmación personalizada."Era fundamental, sin su apoyo no podíamos hacer este filme que explora la soledad de un astronauta en la infinidad del espacio",señala Omedes, que también produjoBalseros, que hace tres años consiguió optar al Oscar al mejor documental.

A Omedes también le interesa especialmente la sensación de desfase temporal que tienen los astronautas cuando regresan a la Tierra."Allí arriba los meses se convierten en días. Ese tipo de cosas, él las contará de manera que lo comprenda su hijo",resalta el productor, que se parte de risa cuando recuerda la cara que pusieron los periodistas norteamericanos que asistieron al despegue en Baikonur cuando les tuvo que explicar el significado de Salut i força al canut!". Con esas palabras se despidió López-Alegría, cuando subía por las escalinatas de la nave transbordadora. Tampoco olvida el Jean Leon con que acompañaron la paella con chorizo que el astronauta cocinó en la Ciudad de las Estrellas.