Cuando ir al museo es "superguay"

La propuesta creativa Habitació 1418 es vista como un planazo por los adolescentes

Jóvenes participando en el ensayo de la pieza de que preparan en colaboración con el Teatro Tantarantana, el sábado pasado.

Jóvenes participando en el ensayo de la pieza de que preparan en colaboración con el Teatro Tantarantana, el sábado pasado. / periodico

NATÀLIA FARRÉ / BARCELONA

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Acudir a un museo una tarde primaveral de sábado no parece el mejor de los planes para un adolescente. O por lo menos eso dicen las estadísticas, que afirman que son los grandes ausentes de los centros de arte. Deben ser ciertas porque los museos han empezado a hacer lo imposible para atraerlos. Ya se sabe, los jóvenes de hoy son el potencial público adulto de mañana. Y un centro de arte, además de piezas y propuestas, necesita visitantes que las disfruten. Pero las estadísticas están para romperlas. Y eso es lo que pasa cada sábado en la plaza dels Àngels. Mientras unos le dan al 'skate', en el que se supone es uno de los mejores emplazamientos de Europa para desafiar la resistencia del mobiliario urbano, otros se cuelan en la Habitació 1418. Lo de colarse es un decir, porque si algo tiene ese espacio, propuesto conjuntamente por el CCCB y el Macba, es que es gratuito, flexible y abierto a todos los jóvenes de entre 14 y 18 años. ¿El secreto de tanto interés? Unos chicos motivados, actividades creativas pensadas para ellos y el artista Fito Conesa como coordinador.

"Mi papel es hacer de puente entre la lluvia de ideas que sueltan y lo que puede ofrecerles la institución. Una libertad que permite que ellos poco a poco configuren el programa", explica Conesa. Un programa que fluctúa entre tres pilares: imagen, texto y nuevas tecnologías. Pero cabe todo. "La dinámica es un poco 'freestyle'", asegura el artista. También la asistencia: uno puede entrar y salir cuando quiera, e ir todos los fines de semana o solo algunos. Aunque los más repiten. ¿Por qué? "Porque es superguay". Esta era la respuesta más repetida entre los presentes el pasado sábado, la mayoría 'roomers' (así se llaman) asiduos.

Aunque las hubo de más elaboradas: "No es un sitio solo para aprender cosas sino que te permite probar y experimentar. Es muy difícil explicar qué hacemos porque cada vez es diferente", a juicio de Erika Fernández, una entusiasta de la Habitació 1418. Tan diferente que ha habido de todo: taller conceptual sobre la mentira, archivo sonoro centrado en el miedo, estampación textil, teatro en la calle, realidad virtual... Ellos proponen, y Conesa, el Macba y el CCCB disponen.

El sábado era el turno del teatro-danza, un proyecto que ya lleva más de una jornada (aunque no las ocupa todas) y que se dilatará en el tiempo hasta su estreno: ¡en el marco del Grec! Lo impulsa el Teatre Tantarantana y poco se sabe de él más allá de que aúna la participación de varios agentes del Raval: los dos institutos del barrio, asociaciones de la tercera edad, el coro Clavé XXI del Palau de la Música y la propia Habitació 1418. El argumento es un secreto. Y lo que hace cada una de las instituciones participantes, también. "Se trabaja en todos los sitios en paralelo porque se va construyendo sobre la marcha. La idea es que sean coautores y cocreadores, y que la pieza avance a partir de la relación que se establece. Es como un lego", apunta Albert Tola, uno de los responsables de la iniciativa del Tantarantana.

SIN VERGÜENZA

La Habitació 1418 se encarga de la música. Pero que nadie piense en instrumentos tradicionales. Aquí la música se hace con diferentes objetos: campanas de teléfono, barras de hierro o de madera, sonajeros… y se hace a la vez que se crea una coreografía totalmente libre. El sábado hubo ensayo. Y ahí estaban los jóvenes dispuestos a hacer lo que se les pedía: salir a la palestra, crear un sonido y mover un objeto. ¿Vergüenza? Poca. Solo en los primeros momentos. Hasta Pol Massip, un 'roomer' debutante, parecía sentirse a gusto.

Tan a gusto que el aviso del comienzo se antojó casi innecesario: "Hoy necesitamos silencio y concentración. De manera que si alguien necesita mirar el móvil porque no aguanta más, que se retire y luego vuelva". No sonó ni un tono. La Habitació 1418 engancha.