La ciudad a paso de mochilero

La dificultad, la longitud, incluso el número exacto de pasos de no más de 75-80 centímetros, el tiempo estimado de la ruta (entre 2 a 8 horas) y el tipo de vistas que se encuentran por el camino. Todo ello está detallado en Barcelona en 1.000.000 de passes, una guía que propone 53 itinerarios a pie por la ciudad planeados como si fueran circuitos. Ello permite poder iniciarlos desde cualquier punto del recorrido y desde la dirección que más convenga al caminante por tiempo o situación en el colorido mapa de avenidas, plazas, parques.

Un millón de pasos son unos 800 kilómetros. «Si alguien decide terminar los 53 recorridos sugeridos en mi libro precisará de 140 horas, a un ritmo energético de 10 minutos por kilómetro», informa Alex Walk, para quien andar es el secreto más sencillo del mundo para conseguir el peso deseado sin dietas, y a su vez mejorando la salud y la autoestima.

Walk es el nombre del alterego caminante del autor, un ingeniero industrial que no quiere desvelar su identidad. «Las propuestas de este libro son objetivos realizables, divertidos, baratos, beneficiosos y también emocionantes», enumera el autor, consciente de que una ciudad no es el lugar más propicio para andar pero sí el más cercano si se vive en Barcelona.

FALDA DE COLLSEROLA / Solo cuatro itinerarios superan las siete horas. El más largo y uno de los más atractivos es la ruta de los 22 parques, que puede durar 8 horas. Eso que es de las pocas propuestas que no sigue un trazo de circuito: comienza en el Turó Park, en su entrada principal, situada en la avenida Pau Casals con acceso al bosquecillo de encinas, y finaliza en el parque Güell, creado entre 1900 y 1914 por Antoni Gaudí. En su recorrido destaca el parque de l'Oreneta en Sarrià-Sant Gervasi justo cuando la sierra de Collserola se adentra en la ciudad, esa desdibujada frontera que a veces cruzan los imprudentes jabalís en busca de comida.

En este libro editado por el Ayuntamiento de Barcelona también hay recorridos más breves que se concentran en un parque y sus alrededores, aunque el radio puede abarcar kilómetros. Es el caso de la Ciutadella, que parte del paseo de Circumval.lació y de allí a la calle de Wellington para ir a buscar a la Meridiana. Y sigue por el paseo de Fabra i Puig hasta llegar a Bonaventura Gispert, donde el plano del libro indica que se debe cruzar un puente que no existe desde el 2009, debido a las obras del ave. La ciudad a veces avanza más rápido que sus caminantes.

Montjuïc es un buen destino para a quienes les gustan las subidas y bajadas. En un máximo de dos horas, una ruta tienen su línea de salida y de llegada en la plaza de Espanya, desde donde se gira al Paral.lel desde allí a la plaza de les Drassanes dirección mar hasta llegar a Miramar. Vuelta entera a la montaña y de nuevo, pero desde el otro lado, por la calle de la Mare de Déu de Port, se alcanza la plaza de Espanya.

FLORES Y MAR // Los jardines, como el del Botànic, el de la Creu de Pedralbes, el de la Maternitat o el de Joan Vonyoli, aparecen en varias propuestas. Otro enclave muy citado es el litoral con diferentes sugerencias. Una se titula los parques cercanos al mar, que recorre, entre otros, el del Maresme y el de Poblenou con más de cinco hectáreas de verde.

Tampoco faltan propuestas culturales, sobre todo caminatas para contemplar museos y fachadas de edificios emblemáticos. De Ciutat Vella, el autor dice que concentra «el mayor tesoro de construcciones góticas de toda Europa». Para Walk, Barcelona es la ciudad perfecta para vivir y caminar. «Hace cuatro años que ando con palos, que es la mejor manera, y con un podómetro, que hasta se encuentra en aplicaciones móviles, para contar los pasos».