La Guardia Urbana 'reformatea' los antidisturbios

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GUILLEM SÀNCHEZ / BARCELONA

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El comisionado de Seguretat, Amadeu Recasens, ha ratificado con la presentación del nuevo plan director que reformula el cuerpo de la Guardia Urbana de Barcelona (GUB)  sin disolver la unidad de antidisturbios. Pero esta conclusión requiere varios matices.

El primero, tal como ha recordado Recasens, es que el cuerpo municipal había aparcado la función de intervención en orden público “hace un año”. En cuanto el gobierno de Ada Colau llegó al ayuntamiento, la policía municipal recibió la orden de no participar en ninguna acción que incluyera reprimir o contener una manifestación pública, la misión por antonomasia de una unidad antidisturbios.

El segundo es que la tarea de orden público era tan solo una de las que recaían sobre la Unidad de Apoyo Policial (USP). Esta unidad desaparecerá pero no así sus funciones –a excepción de la de actuar en orden público-, que además se verán ampliadas y serán responsabilidad de la nueva Unidad de Refuerzo a la Proximidad y Emergencias (URPE).

CASCOS Y ESCUDOS

El tercero es que esta nueva unidad (URPE) irá vestida con “los equipamientos necesarios” para sus tareas de apoyo, ha remarcado Recasens. Es decir, sus agentes lucirán cascos, llevarán escudos e irán enfundados dentro de uniformes con protecciones anti-trauma. Tendrán la misma apariencia que tienen los antidisturbios.

El cuarto es que se trata de una unidad especializada y centralizada -no dispersa en las distintas comisarías- y que los agentes que estaban dentro de la USP podrán integrarse dentro de la URPE. Aunque todavía no está claro como se hará este trasvase. Recasens sólo ha avanzado que aún no están definidos “los requisitos” que se pedirán para formar parte de la URPE, pero que si los agentes de la USP los cumplen podrán incorporarse a esta. Este punto inquieta al sindicato SAPOL, que defiende que todos los agentes que lo deseen deberían seguir formando parte de la nueva unidad. 

Este encaje de bolillos no dejó satisfecha a la CUP, que pedía la disolución de la USP y de sus funciones, e inquietó mucho a los responsables de la Guardia Urbana, que avisaban de que más allá de las ya olvidadas tareas de orden público, la USP tenía otras funciones imprescindibles para la operatividad del cuerpo policial. Las unidades de apoyo policial, por ejemplo, son las encargadas de proteger los edificios de la administración o de acordonar un espacio de seguridad mientras se lleva a cabo un registro policial. La URPE cumplirá con todas las antiguas funciones de la USP -salvo las de orden público- y añadirá a estas algunas más. En definitiva, el ciudadano seguirá viendo a un policía municipal equipado de modo similar al de un agente de la Brigada Móvil de los Mossos d'Esquadra (los antidisturbios del cuerpo catalán), pero este no tendrá la misión de actuar para sofocar manifestaciones o protestas.  

MÁS TRANSPARENCIA Y MÁS PROXIMIDAD

Colau y Recasens han defendido el nuevo plan director como un documento “abierto” que se adapta “a la realidad cambiante de Barcelona”. Además de resolver el dilema sobre el futuro de la USP, unidad que ya estrenó siglas para contener la polémica suscitada por el documental ‘Ciutat Morta’, también “refuerza” la “proximidad” y la “transparencia” de la Urbana.

Existirá un policía que será “un referente” para cada uno de los 73 barrios de la ciudad. Según Colau, todas las encuestas y las reuniones realizadas hasta la fecha apuntaban a que los comercios, vecinos y asociaciones echaban en falta un interlocutor permanente para hablar sobre los problemas del barrio.

Por otra parte, se amplían las funciones del órgano encargado de investigar las malas praxis dentro del cuerpo para que no solo evalúe a los policías cuando cometan errores sino que también los distinga cuando protagonicen acciones de mérito. Tal como avanzó este diario, el nuevo departamento de asuntos internos se llamará Unitat de Deontologia i Afers Interns (UDAI)