MEJORA URBANÍSTICA EN UN BARRIO DEPRIMIDO DEL BESÒS

Un gran bloque culminará la reforma de la Via Trajana

La Via Trajana, en el rectángulo central, con pisos entre zona verde.

La Via Trajana, en el rectángulo central, con pisos entre zona verde.

DAVID PLACER
SANT ADRIÀ DE BESÒS

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La Via Trajana, una barriada arrinconada entre el distrito barcelonés de Sant Martí y Sant Adrià de Besòs, comenzará este año su cuarta y última fase de transformación que culminará con la construcción de un gran bloque de 163 viviendas, 123 de las cuales estarán destinadas a pisos de protección oficial. El resto serán libres y servirán para financiar el inmueble, que estará ubicado entre la avenida del Ferrocarril, la rambla de Guipúscoa y la Via Trajana.

El alcalde de Sant Adrià, Jesús María Canga (PSC), afirmó que la transformación del barrio, iniciada en 1995 y que ya suma 11 bloques de edificios nuevos finalizados, ha transcurrido sin conflictos importantes, toda una sorpresa para los responsables municipales que decidieron reformar una zona con edificios afectados por aluminosis y con graves problemas de marginalidad.

FINCA DE 15 PLANTAS

Los encargados del proyecto, ejecutado por el Institut Català del Sòl (Incasòl), explicaron que el edificio, de 15 plantas en su bloque más alto, costará unos 23 millones de euros y estará finalizado el 2012, un año en que, según esperan, se habrá superado ya la crisis económica. "Confiamos en que en ese momento los bancos den hipotecas y que los vecinos, que tendrán diferentes poderes adquisitivos en función de su vivienda, comiencen a habitar el bloque", explicó Pere Serra, consejero delegado de Reursa, la empresa del Incasòl encargada de las remodelaciones urbanas.

La mitad de las viviendas protegidas estarán destinadas a los vecinos de Sant Adrià y la otra a los de Barcelona. Al menos 40 pisos, de 30 metros cuadrados, serán para personas mayores en régimen de alquiler.

Los responsables del proyecto han comenzado a establecer contactos con varias entidades y empresas para decidir el uso que se hará de los locales de la planta baja, que sumarán unos 2.500 metros cuadrados. El ayuntamiento prefiere que los espacios sean destinados a una gran entidad o empresa capaz de dinamizar el barrio. Hasta ahora, solo se ha asegurado el uso de un futuro equipamiento de educación especial y del párking, con 110 plazas.

El acuerdo firmado ayer por los ayuntamientos y el Incasòl también contó con la presencia de dirigentes vecinales. Una de ellas, Felicidad Gracia, presidenta de la asociación de vecinos de Via Trajana, elogió el cambio del barrio, pero criticó la falta de control de los pisos protegidos vacíos, que están siendo ocupados por gente ajena al barrio. Sofía Medina, de la asociación de vecinos del Ferrocarril, denunció que el proceso de reformas dejó en la calle a 10 familias que no tenían trabajo o ingresos suficientes.