MEJORA URBANÍSTICA

La futura cofradía de Pescadors

Puerto de Barcelona

Puerto de Barcelona / RICARD FADRIQUE

CRISTINA SAVALL / BARCELONA

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El aspecto actual de la cofradía de Pescadors de la Barceloneta, con su vieja lonja de subastas, es lamentable. El paso del tiempo y la cercanía con el mar han dañado de muerte a la estructura de unas casetas que ya no son adecuadas para acoger, con suficientes condiciones higiénicas, las subastas de pescado azul y blanco. Los arquitectos Carlos Ferrater y su hija Lucía ya han comenzado la primera fase de una ambiciosa remodelación que mejorará los espacios de los muelles de Balears y de Pescadors, con la intención de abrir el acceso al público que, desde una rampa, podrá seguir las subastas.

El edificio de 80 metros de largo será de cristal y de aluminio, lo que facilitará la visión de lo que sucede en su interior. "Hasta que no se derribe la antigua fábrica de hielo, no podemos iniciar la construcción de la lonja", asegura Carlos Ferrater. El único nuevo equipamiento construido es la nueva fábrica de hielo, que estará en una de las esquinas del edificio por construir, camuflada por una fachada común.

El muelle del Rellotge contará con una zona de público acceso a la que se llegará desde el muelle de Pescadors, que pasará a formar parte de la Marina del Port Vell para ser utilizada como anclaje de embarcaciones deportivas, justo al lado de la nueva área de aparcamiento que se situará donde hoy se encuentran las casetas de la cofradía. "Esta zona pública se encontrará a continuación de la plaza del Mar, donde habrá un mirador con vistas a la Barceloneta y a la Marina del Port Vell", explica Lucía Ferrater. "Habrá una zona ajardinada", agrega su padre, el autor del Jardí Botànic de Barcelona.

NUEVA ZONA TURÍSTICA

El edificio de la lonja ocupará el espacio central de un complejo que incluirá bares y un restaurante. 

"Esencialmente contará con una sala de subasta de pescado blanco que ocupará la parte central, la lonja dedicada al pescado azul, las oficinas y otras dependencias anexas para servicios complementarios", enumera Lucía Ferrater, que a petición del puerto, ha incorporado una proposta de utilización lúdica y turística en el muelle de de Balears, con un restaurante en el lugar más privilegiado, alineado con el monumento de Colom y la Rambla. "Desde allí se podrán contemplar los mueles de las Drassanes, de Espanya y de Barcelona".

"Las obras van con retraso", reconocen los arquitectos sobre esta reforma que fue aprobada en el 2003. Es la única zona del puerto de Barcelona pendiente de remodelación y de apertura al público, aunque la llegada y salida de las barcas seguirá siendo de acceso limitado. Solo se podrán ver los barcos del muelle desde la pasarela que llevará al restaurante.