EL PROBLEMA DE LA VIVIENDA

25 años facilitando un techo y trabajando por la dignidad

La Fundació Foment de l'Habitatge Social, vinculada a Cáritas, lleva un cuarto de siglo apoyando a numerosas familias ofreciéndoles una vivienda en condiciones para que tengan una oportunidad de recuperar sus proyectos personales

Fundacio Habitatge Social Yarisney

Fundacio Habitatge Social Yarisney / periodico

ROSA MARI SANZ / BARCELONA

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"Cuando Juan Pablo entró empezó a llorar desconsolado, quizá fue porque había muchas cajas a su alrededor, igual se asustó, aunque yo creo que fue el ver que teníamos una camita para cada uno, un baño, una cocina… Seguro que lloró de emoción de verse por fin los dos solitos. Nunca se me olvidará ese momento, nunca". Lo cuenta Yuvisney, echando la vista atrás al día en que pisó por primera vez con su hijo de dos años el que era su primer piso. Hasta entonces, habían salido adelante como podían, los dos solos, en una habitación realquilada en el barrio del Carmel. "Fue maravilloso el saber que no íbamos a molestar a nadie y que no se iban a enfadar conmigo si mi hijo lloraba por las noches, gritaba o nos levantábamos, algo que hacíamos con frecuencia por su enfermedad", prosigue la mujer.  Juan Pablo nació con parálisis cerebral. Tiene ahora 14 años. 

"Cuando nació me vine abajo, solo veía un abismo. No tenía ni trabajo porque al estar embarazada me echaron. Ahí estuvo mi asistenta de Cáritasdándome ánimos, pagándome el primer colegio especial para mi hijo y ayudándome hasta que empecé a trabajar y pude coger las tiendas de mi casa", cuenta esta colombiana que llegó a Barcelona hace cerca de 17 años. "Si no fuera por ellos no sé lo que hubiera pasado con nuestra vida", añade.

LA MAYOR GESTORA DE PISOS

Se refiere a la Fundació Foment de l’Habitage Social, vinculada a Cáritas, que trabaja desde hace 25 años para garantizar un hogar digno a personas que lo necesitan. Esta entidad, la mayor gestora de pisos sociales de Catalunya, le ayuda desde hace más de una década. Primero con una vivienda en el Raval, de la que se acabaron mudando cuando Juan Pablo tenía 9 años porque no tenía ni ascensor  ni baño adaptado. Hace cinco años estrenaron un apartamento en el Poble Sec, a la espera, cruza ella los dedos, de conseguir un piso adaptado del Patronato Municipal de la Vivienda.  

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Yuvisney y Juan Pablo forman una de las cerca de 400 familias atendidas por la fundación (unas 1.200 personas), con las que se firma un contrato de alquiler social por el que pagan entre 90 y 280 euros en función de las características de cada vivienda y del nivel económico de cada familia. Esta cantidad puede verse reducida con otras ayudas económicas.

Cada caso es un mundo, y en estos 25 años han ido cambiando de manera notable las casuísticas. Huelga decir que en los últimos tiempos ha aumentado dramáticamente  el porcentaje de personas atendidas víctimas de un desahucio (en el 2014 representaban tres de cada 10).

PROCESO DE ACOMPAÑAMIENTO

 La temporalidad de la estancia en la vivienda, explica el director de la fundación, Sergi Rodríguez, viene  marcada por sus características y necesidades y el grado de intensidad que se determine en el plan de trabajo. Porque no se trata de entregar un piso y supervisar su buen uso y su pago, sino que detrás de este apoyo hay un proceso de acompañamiento y las personas atendidas pueden acabar formando parte de otros programas de Cáritas, ya sea con ayuda integral a la familia, ayuda de inserción laboral o en proyectos de formación, entre otros. 

En lo que va de 2015, prosigue Rodríguez,  el proyecto no incide tanto en la salida del piso facilitado sino en garantizar que la familia o la persona haya alcanzado el grado de autonomía personal, social y económica suficiente para acceder y mantener una vivienda de mercado o público. La media de estancia de las familias que los últimos años han salido de las viviendas es de 2,13 años.  

En el último trienio la fundación ha visto multiplicado el volumen de pisos que gestiona. En tres años han pasado de unos 90 a unas 400 viviendas. La mayoría proceden de acuerdos de cesión con la Administración,  entidades sociales o de crédito y particulares; el resto son alquilados por la fundación o propios. «Ha sido un crecimiento muy acelerado. La emergencia de la situación social así lo requería. Ahora hemos ralentizado el ritmo de incorporación de viviendas para consolidar  la calidad del acompañamiento que damos a las familias», explica el director, quien adelanta que en estos momentos están pendientes de incorporar más pisos merced a convenios ya firmados y prevén cerrar el año con unos 430.

HUYENDO DE UCRANIA

Este acompañamiento del que habla Rodríguez es el que reciben desde que llegaron a Barcelona procedentes de Vic Bognan, su esposa Yana y la hija de ambos, Eva de 2 años y medio. Llegaron hace un año y medio de Ucrania, huyendo de una situación insostenible, poco antes de que empezara la revolución en su ciudad, Kiev, la capital. "En el último periodo habían cambiado muchas cosas en mi país.  Era bastante peligroso para nosotros y decidimos salir y dejar a la familia", explica él.

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Escogieron Barcelona porque él estuvo durante tres meses estudiando castellano en el 2009 y desde entonces soñaba con vivir aquí. Primero fueron acogidos por el Centre d’Atenció al Refugiat, aunque no consiguieron el estatuto de refugiados. Acabaron viviendo en Vic, con las miras puestas en instalarse en Barcelona, pero no podían permitirse los precios de los alquileres. Los ahorros se fueron consumiendo más rápido de lo que pensaban (su moneda se ha devaluado tres veces desde que llegaron) y acabaron recurriendo a Cáritas, ya que en todo este tiempo ni él,gestor de eventos culturales, ni ella, economista, han logrado un empleo.

Hace unos meses Cáritas les dijo que la Fundación Foment de l’Habitage les ofrecía un apartamento en el 22@. “No podía ser mejor. Aquí, en Barcelona, creo que podremos tener más oportunidades laborales y ver cumplido nuestro sueño. La oportunidad que nos dan es fantástica”, cuenta. La pareja estudia ahora castellano para mejorar sus opciones laborales. Cáritas les acompañará en su proceso de reconducir sus proyectos vitales. Como a tantas familias a las que atiende.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"La\u00a0Taula del Tercer Sector\u00a0ha alertado en un reciente informe de que las entidades catalanas necesitan antes de dos a\u00f1os 770 viviendas sociales para atender las necesidades de familias en situaci\u00f3n de exclusi\u00f3n, mientras que las entidades bancarias tienen alrededor de\u00a045.000 pisos vac\u00edos, de los cuales 15.000 est\u00e1n en condiciones de habitabilidad. Durante la presentaci\u00f3n de este trabajo, el presidente de la Taula,\u00a0Oriol Illa, apel\u00f3 a las entidades financieras a que colaboren con las entidades sociales vendi\u00e9ndoles o cedi\u00e9ndoles viviendas para que \u00e9stas se puedan destinarlas a alquiler social. Seg\u00fan ese estudio, actualmente el tercer sector catal\u00e1n gestiona 1.522 pisos sociales, donde viven 7.067 personas en situaci\u00f3n de vulnerabilidad. El 43% de los pisos se encuentran en la ciudad de Barcelona y un 12% en su \u00e1rea metropolitana (que acumula tambi\u00e9n el 53% de la demanda de este tipo de alquiler), mientras que Girona tiene el 20%, y el 25% restante se distribuye por toda Catalunya.","text":"Adem\u00e1s de la Fundaci\u00f3 Foment de l\u2019Habitatge, de C\u00e1ritas, en Catalunya hay otras gestoras de vivienda social. Precisamente la Taula del Tercer Sector impuls\u00f3 hace un a\u00f1o la\u00a0Fundaci\u00f3 H\u00e1bitat 3, que tiene un convenio firmado con el Ayuntamiento de Barcelona para impulsar la cesi\u00f3n de pisos vac\u00edos de particulares y destinarlos a alquiler social. Las 149 viviendas que gestiona esta fundaci\u00f3n est\u00e1 localizados en todos los distritos de la capital catalana. Las familias que viven pagan una media de 158 euros de alquiler mensual, y tambi\u00e9n son objeto de un seguimiento social. Otros gestores de vivienda en Catalunya son la\u00a0Fundaci\u00f3 Mambr\u00e9\u00a0(impulsada per cuatro entidades: Arrels Fundaci\u00f3, Ass\u00eds Centre d\u2019Acollida, la Companyia de les Filles de la Caritat y Orde Hospitalari de Sant Joan de D\u00e9u), la\u00a0Fundaci\u00f3 Ser.Gi, que implementa su programa en Lloret de Mar, Girona, Figueres, Alt Empord\u00e0, Caldes de Malavella y Pineda de Mar, y la\u00a0Fundaci\u00f3 Benallar, que se dedica a acoger residencialmente a inmigrantes con pocos recursos."}}