Viajeros del tren accidentado: "Ha sido como un terremoto"

El convoy iba lleno de trabajadores de la corona metropolitana que llegan cada día a Barcelona a las 07.15 horas

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Guillem Sànchez / Barcelona

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En la pantalla del teléfono de Mercè ha aparecido un número desconocido. Eran las siete y media de la mañana. La mujer ha contestado y ha escuchado la voz de su marido, Fèlix. Llamaba desde un móvil prestado para hacerle saber que viajaba en el tren accidentado de la Estació de França. "Cuando escuches la noticia, que sepáis que estoy bien", le ha tranquilizado avanzándose a la prensa. 

Fèlix, un comercial de 62 años que cada mañana coge el tren R2 Sud en Sant Vicenç de Calders, viajaba en el primer vagón y "se ha dado cuenta" de que ya habían llegado y el tren "todavía no había frenado". Le ha contado a Mercè que él viajaba agarrado. Supone que precisamente por ese motivo, cuando se ha producido el impacto, él ha permanecido quieto y ha sido embestido por varios pasajeros que no esperaban con la mano en un asidero que el convoy se detuviera del todo. "Dice que ha escuchado enseguida cómo se le rompía la pierna", cuenta la mujer en el Hospital Clínic, poco después de conocer que su marido tiene la tibia y el peroné fracturados.

Con la vista perdida

Como Fèlix, Sílvia viajaba también en el primer vagón. "En realidad, todos los usuarios avanzan hacia el primer vagón cada día para acercarse a la salida de la estación cuando el tren se detenga", explica ella. Por eso, el número de heridos aumenta a medida que los doce vagones se acercaban a la cabeza del tren. Esta mañana, tras el accidente, ella aguardaba sentada en un banco de la estación, con los periodistas a su espalda y con la vista perdida en las tareas de los equipos de emergencia. Junto a ella estaba Rosa, otra viajera, que presionaba con una gasa la herida superficial que sangraba en la rodilla.

"Estábamos todos de pie, a punto para bajar, por eso nos hemos caído", aclaraba. "¿Si hemos pasado nervios?,  sí, sobre todo porque había gente herida en el suelo que no se levantaba", reconoce. Uno de los primeros bomberos que ha llegado a socorrer a las víctimas explicaba estaba mañana que el panorama era de tensión "pero no de pánico".

Rumor de atentado

La escena que ha vivido Lidia, sin embargo, ha sido más intensa. La joven ha atendido a los medios de comunicación para explicar que en su vagón los nervios han aflorado durante los instantes inmediatamente posteriores a la colisión. La sucesión de golpes que notaban en el interior del tren, provocada por el efecto acordeón que ha ido empotrando todos los vagones, ha provocado una sensación "parecida a la de un terremoto". Entre los usuarios de su vagón, además, ha corrido el rumor de que podía tratarse de un atentado terrorista. "Ha habido gritos", ha relatado.

El accidente ha detenido por completo la actividad de la Estació de França. En el exterior, la Guardia Urbana de Barcelona ha acordonado un perímetro de seguridad que ha cortado la via Marquès de l’Argentera. En el interior, los Mossos han estrenado un dron para investigar también desde el aire por qué un tren que cada día transporta a cientos de trabajadores de la corona metropolitana este viernes ha chocado contra uno de los topes de la Estació de França.