Pleno extraordinario en la capital catalana

¿Freno a la desigualdad?

Jordi Portabella y Jordi Martí charlan minutos antes del pleno, ayer.

Jordi Portabella y Jordi Martí charlan minutos antes del pleno, ayer.

CARLOS MÁRQUEZ DANIEL
BARCELONA

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Golpe bajo, pero legítimo, el que ayer propinó CiU al PSC durante el pleno extraordinario que debatía la desigualdad entre barrios. El líder de los socialistas, Jordi Martí, se echaba a la espalda un plan a seis años vista destinado a cortar la hemorragia social que vive Barcelona desde el inicio de la crisis. Y tras una exposición que maridaba la estadística y la experiencia tras varios meses pateando las zonas más desfavorecidas, se encontró con un primer teniente de alcalde que blandió cifras hasta ahora desconocidas y que vendrían a demostrar que, por primera vez desde que Lehman Brothers se fue a pique, la capital catalana logra frenar la brecha entre los que más y los que menos tienen.

Martí se inspiró en los registros del 2011, según los cuales, el barrio de Can Peguera, en Nou Barris, tiene una renta familiar media siete veces inferior a la de Pedralbes. Recordó que desde el 2007 el número de hogares con ingresos bajos ha pasado del 22% al 39%, y se quejó de la «consolidación de la fractura social y territorial» que está generando «una Barcelona dual». «La energía de este ayuntamiento se centra en los barrios que funcionan y no en aquellos que han quedado retrasados», dijo.

Joaquim Forn, mano derecha del alcalde -hablaron todos los jefes de fila menos Xavier Trias-, sorprendió a todos con la presentación de «los primeros datos de distribución de las rentas familiares del 2012». Expuso que, por primera vez desde que empezó la crisis, «se ha frenado el incremento de la desigualdad». «La distancia no ha aumentado, y además hay ciertos síntomas de mejora». Así las cosas, CiU decidió votar en contra de la propuesta, dado que los números exhibidos, que ni la oposición ni los medios han podido consultar por ahora, señalarían, a su modo de ver, que las cosas ya se están haciendo bien, y que la hoja de ruta de Trias es la correcta. El primer teniente de alcalde, además, señaló que la inversión social ha pasado de 184 a 232 millones de euros desde que la federación nacionalista ganara las elecciones, en mayo del 2011, y que las ayudas económicas a las personas necesitadas han crecido un 68%.

VAGÓN DE COLA / El líder socialista, que solo logró el voto favorable de ICV-EUiA, afeó al gobierno que hiciera públicas las cifras ahora, y en cualquier caso, advirtió de que a pesar de los indicadores económicos favorables, «hay sectores importantes de la ciudad que se están quedando atrás». Forn le reprochó el método, pero no el fondo de la cuestión, y le invitó a «coger la lista de peticiones de la proposición para hablarlas una por una»; un encuentro que, en caso de producirse, no contaría con el concurso del ecosocialista Ricard Gomà, el único concejal capaz de desencajar el rostro del alcalde durante los plenos. Dijo el líder de ICV que la política de CiU es «clasista», y acusó a Trias, que hacía que no con la cabeza, de «vender y privatizar Barcelona».

PLENO ELECTORAL / El más duro con Martí fue sin duda Alberto Fernández Díaz (PP), que le acusó de usar el pleno municipal como plataforma electoral: «Esto es la casa gran, no la casa del pueblo; si quiere hacer campaña cara a las primarias, debe hacerlo en Nicaragua» (calle en la que se encuentra la sede del PSC). A nadie se le escapa que el presidente del grupo socialista, a tres meses de la elección del candidato del partido con vistas a las municipales del 2015, quería sacar rédito del cónclave, al margen del papel de legítimo líder de la oposición.

Barrer para casa, de hecho, es algo habitual en estos menesteres políticos. También lo hizo Jordi Portabella (ERC), que señaló que todos los problemas de desigualdad entre barrios se solventarán el día que la senyera sea la única bandera en Sant Jaume.